Trabajos de Prehistoria, 2024, enero-junio, 81 (1), 1006
ISSN-L: 0082-5638 – eISSN: 1988-3218
https://doi.org/10.3989/tp.2024.1006

In memoriam María Eugenia Aubet Semmler (1943-2024)

In memory of María Eugenia Aubet Semmler (1943-2024)

Ana Margarida Arruda

Centro de Arqueologia. Faculdade de Letras da Universidade de Lisboa (Portugal).

https://orcid.org/0000-0002-7446-1104

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María Eugenia Aubet en la acrópolis de Tiro (Líbano) en 2018 (fotografía Francisco Nuñez Calvo).

En contra de lo que se suele decir, sí que hay personas irremplazables. Una de ellas es María Eugenia Aubet, cuya desaparición física me ha dejado totalmente desconcertada. María Eugenia era única e irrepetible y no puede ser sustituida por un sinfín de razones imposibles de enumerar en un texto de esta naturaleza, pero que siempre permanecerán en el recuerdo de todos aquellos que tuvieron el privilegio de conocerla y contaron con su amistad. Este ‘adiós’ mío solo es un ‘hasta pronto’, reflejando estas líneas las utopías que compartimos, las sonrisas francas y las palabras intercambiadas en mañanas luminosas y noches estrelladas en Barcelona, Lisboa, Roma, Tiro y tantos otros lugares.

Escribir sobre su vida me obliga a recordar a una heroína, mi heroína, que me impresionó profundamente por su dignidad en la vida, su comportamiento ejemplar como mujer y como investigadora. Respecto a esto último, es obligado mencionar sus trabajos en Setefilla (Lora del Río, Sevilla), Guadalhorce (Málaga) y Tiro (Líbano). Todos ellos dieron lugar a una extensa y riquísima bibliografía, donde los datos se transformaron en hechos y que la convirtieron en una referencia mundial en los estudios fenicios y en la Historia del Mediterráneo Antiguo.

La concesión de la medalla Narcís Monturiol (2009) por parte de la Generalitat de Cataluña, la Encomienda de la Orden de Isabel la Católica (2016) y la medalla de oro al Mérito en las Bellas Artes, otorgada por el Gobierno de España (2019), revelan el reconocimiento de la administración autonómica y estatal hacia esta investigadora, cuya grandeza desborda el alcance de esta necrológica. Sin embargo, ME, como siempre firmaba, nunca se sintió cómoda con estas distinciones, de las que nunca hablaba, a las que nunca se refería, con la modestia y el pudor que siempre la caracterizaron.

Era una persona modesta, que contaba poco de sí misma, que cedía siempre la palabra a los demás y jamás levantaba la voz. Era discreta y no le gustaban los palcos, prefería siempre la soledad y el silencio de las bibliotecas, o la serenidad del campo a las multitudes y el ruido. Todos recordamos cómo de un día para otro desaparecía de los congresos y no se la volvía a ver. Regresaba a casa, a su querida Cataluña. No perdía el tiempo con inutilidades, maledicencias o nimiedades. Cuando contestaba a los correos electrónicos, si es que respondía, lo hacía lacónicamente y era muy selectiva con las reuniones a las que decidía asistir.

Mujer libre, independiente, con firmes convicciones progresistas (definitivamente antifascista y antisionista), pero siempre tolerante, respetuosa con todos los que pensaban de forma diferente (con límites, por supuesto), siempre estuvo comprometida con grandes y pequeñas causas. Entre otras muchas las que la llevaron al Líbano al final de la guerra civil, una época peligrosa en un país destruido, en una acción destinada a recuperar el patrimonio arqueológico libanés.

El reconocimiento internacional que obtuvo fue fruto de la meticulosa investigación a la que dedicó su vida científica, que tantas veces compartió con sus alumnos, discípulos y todos los que se acercaron a ella.

La trayectoria científica de ME y sus publicaciones son bien conocidas. No obstante, parece necesario señalar la importancia de su obra seminal e ineludible Tiro y las colonias fenicias de Occidente, con numerosas ediciones en España y dos en el Reino Unido (The Phoenicians and the West: Politics, Colonies and Trade, Cambridge University Press), que inspiró a sucesivas generaciones de estudiantes y colegas. Otros libros forman parte del extenso currículo de ME, entre los que cabe destacar por su relevancia y profundidad de análisis Comercio y colonialismo en el Próximo Oriente Antiguo. Los antecedentes coloniales del III y II milenios a.C., publicado en 2007 por Ediciones Bellaterra y también editado en inglés Commerce and Colonization in the Ancient Near East (Cambridge University Press, 2009, 2013). Las monografías de los trabajos de campo en el Cerro del Villar (Málaga) y Tiro, en coautoría con los colegas con los que dirigió las excavaciones, son también dignas de mención por su alcance científico: “La colonia fenicia del Cerro del Villar y su territorio” y “La necrópolis fenicia de Al-Bass (Tiro): informe preliminar de la campaña de excavaciones de 2008-2009”. Además de los libros que escribió, fue responsable de decenas de capítulos en obras colectivas, siendo numerosos los artículos publicados en revistas especializadas y las colaboraciones en actas de congresos, coloquios y otras reuniones científicas.

Su actividad editorial fue fundamental y no exclusivamente en el ámbito de la arqueología fenicio-púnica. De la serie Cuadernos de Arqueología Mediterránea, que fundó en la Universidad Pompeu Fabra en colaboración con la Editorial Bellaterra, se han publicado 28 volúmenes. Todos ellos pasaron por su riguroso filtro, otorgándoles el indefectible sello de alta calidad.

En la Universidad de Barcelona, donde se licenció (1969) y doctoró en 1970 con una tesis sobre los marfiles de Praeneste, fue discípula de Lluís Pericot y Juan Maluquer de Motes. Después fue investigadora en la Institución Milà i Fontanals del CSIC, cargo que abandonó para ocupar una cátedra en la Universidad de Málaga. Regresó a su Cataluña natal como catedrática de la universidad en la que se licenció y posteriormente, se trasladó a la Pompeu Fabra, institución donde fundó el Laboratorio de Arqueología, lugar de edición de los citados Cuadernos de Arqueología Mediterránea, y a la que ha permanecido vinculada como profesora emérita hasta su fallecimiento.

Entre 1994 y 1997 dirigió el proyecto Med-Campus “Odysseus”, financiado por la Unión Europea, cuyo objetivo fue promover la investigación en arqueología fenicio-púnica y que reunió a varias universidades (Pompeu Fabra de Barcelona, Beirut, Chipre, Tubinga, Cagliari y Malta).

ME era mucho más que una científica, una experta en el mundo fenicio, una profesora y una arqueóloga. Era una persona única y ejemplar.

Como muchos de mis compañeros (imposible no mencionaros aquí, queridos Paco y Laura), le debo mucho en lo científico y, sobre todo, en lo personal. Una extensa deuda que ME, por supuesto, nunca cobró a aquella que llamaba hermana.

Gracias, María Eugenia, maestra y amiga. Hasta siempre.