Trabajos de Prehistoria 81 (2)
ISSN-L: 0082-5638, eISSN: 1988-3218
https://doi.org/10.3989/tp.2024.1037

Recensión de / Review of: María Isabel Moreno Padilla. La cerámica ibérica con decoración geométrica del Alto Guadalquivir: Territorios, estilos e identidades iconográficas (ss. VI a. n. e. – I d. n. e.), 2 volúmenes, Colección Arqueologías, Serie Ibera, 12. UJA Editorial, Universidad de Jaén. Jaén, 2023. ISBN: 978-84-9159-571-7 (Obra completa); 978-84-9159-572-4 (Online). Vol. I. Territorio, estilo e identidades iconográficas (siglos VI a. n. e. – I d. n. e.), 422 pp. ISBN: 978-84-9159-573-1. Vol. II. Catálogo iconográfico (siglos VI a. n. e. – I d. n. e.), 371 pp. ISBN: 978-84-9159-575-5.

 
CONTENIDO

Hacer una reseña es un ritual. Título, portada, contraportada, imágenes de ambas y sinopsis. El índice y, por fin, texto y figuras, para acabar repasando la bibliografía. Al terminar la lectura volvemos sobre lo esencial: enfoque, estructura, planteamientos y objetivos para comprobar si los contenidos se adecúan a ellos. En este caso hay que decir que hay un buen ajuste entre unos y otros, de lo que resulta una obra coherente con un discurso bien trabado.

Es una tesis doctoral, defendida en 2019, codirigida por Arturo Ruiz Rodríguez y Carmen Rueda Galán, en una apuesta por incluir las decoraciones geométricas de la cerámica ibérica del Alto Guadalquivir en las actuales líneas de investigación iconográfica, que hasta ahora se han centrado en la figuración, dejando un tanto de lado lo no figurativo, más complicado de encajar en un discurso socio-político. Hay que reconocer el arrojo de la autora para dar ese paso sin apenas referentes actuales. Probablemente en ello ha jugado un importante papel contar con el Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica de la Universidad de Jaén, cuya trayectoria le sitúa a la vanguardia de los estudios del mundo prerromano en España.

La obra posee una amplia base documental (volumen II) de más de 2.400 piezas de los siglos VI a. C. ‒ I d. C., agrupadas por yacimientos, que incluyen datos sobre el hallazgo, contexto, datación, formas y decoraciones. El resultado es un exhaustivo dosier, que cimenta el análisis que se desarrolla en el otro volumen.

El volumen I es una edición muy cuidada con cuatro capítulos: un acercamiento historiográfico; una interesante sugerencia teórico-metodológica para el tratamiento del lenguaje geométrico; el análisis de las imágenes y sus soportes en los contextos funerarios, así como en los yacimientos del territorio de Cástulo (Jaén) en un momento tardío; para terminar con el resto de emplazamientos de la campiña jiennense. La última parte es una recapitulación sobre el valor de las decoraciones en los procesos de cambio social de esta zona peninsular.

La propuesta teórico-metodológica (que se corresponde con el capítulo 5), puede resultar atrevida, incluso a estas alturas del siglo XXI. La propia autora se refiere al escepticismo que levanta en nuestra disciplina este tipo de análisis, en el que utiliza conceptos como estilo y diseño decorativo, de acuerdo con la Antropología del Arte, la Semiótica, la Iconología, la reciente Historiografía anglosajona, la Sociología del Arte o la Gestalt, que ya están presentes en nuestra bibliografía, además de la Ontología de los objetos, la Arqueología de los sentidos y la Microhistoria, no tan habituales.

En ese marco destacan dos herramientas fundamentales, estilo y estética, de las que resulta una tercera: identidad iconográfica. El contenido del concepto de estilo es innovador, e incide en sus componentes teóricos: es el “resultado de la configuración de unos programas decorativos vinculados con la estructura territorial en cuyo circuito económico participa el proceso de producción de la imagen” (p. 52). Pero, tal vez, la mayor singularidad esté en la incorporación de la estética, uno de los centros del discurso. Puede que el hecho de que la autora sea licenciada en Historia del Arte le haya facilitado incorporar ese término, que todavía en muchos círculos arqueológicos es poco aceptable por suponer que pertenece al dominio de las Artes, y que bajo él subyacen aspectos inaprensibles como ‘gusto’ o ‘moda’. Tampoco hay que olvidar, todo lo contrario, aquellas escuelas de la Arqueología clásica que, partiendo de Winckelmann, llegan residualmente hasta hoy, y cuya noción de Estética reside en la Belleza absoluta, patrimonio de la Grecia clásica. Hoy es un buen momento para retomar esas cuestiones, liberados de prejuicios y sobre la base de opciones renovadoras. La autora recoge la obra de Campbell (2010Campbell, S. (2010). “Understanding symbols: putting meaning to the painted pottery of Prehistoric Northern Mesopotamia”. En: Bolger, D. y Macguire, L. C. (Eds.). Development of Pre-Estate Communities in the Ancient Near East. Oxford: Oxbow Books, pp. 147-155.) y asume la Estética como una convención y tradición social, “un conjunto de soluciones iconográficas que dotan de referencias visuales, definen una época y un espacio” (p. 54).

Sobre esos postulados se construye el aparato operativo (capítulo 6) con un completo catálogo de los motivos pintados y una sistematización de las formas, que actualiza su inmediato precedente, la tipología de Pereira (1988Pereira, J. (1988). “La cerámica ibérica de la cuenca del Guadalquivir. I. Propuesta de clasificación”. Trabajos de Prehistoria, 45, pp. 143-174. DOI: 10.3989/tp.1988.v45.i0.608) para el valle del Guadalquivir.

Los siguientes capítulos (7 a 10) extraen la información de las piezas. Son destacables las variaciones de los tipos cerámicos, signos y combinaciones entre los siglos VI-I a. C., que integran discursos políticos e identitarios, pero cambiando el foco de atención. En los siglos V y IV a. C., en el ámbito funerario, el lenguaje geométrico más rico marca sepulturas de miembros eminentes y articula mensajes de poder y pertenencia a un linaje aristocrático. Allí donde, como en Baza (Granada), se cuenta con un estudio de su ocupación espacial (Ruiz, Rísquez y Hornos, 1992Ruiz, A., Rísquez, C. y Hornos, F. (1992). “Las necrópolis ibéricas en la Alta Andalucía”. En: Blánquez, J. y Antona, V. (Eds.). Congreso de Arqueología ibérica. Las necrópolis. Madrid: Universidad Autónoma de Madrid, pp. 397-430.), los sectores de la necrópolis, ocupados por distintos segmentos de la sociedad, se pueden valorar por la mayor o menor complejidad decorativa y el uso de unos u otros signos. En aquella fase, sin embargo, no hay programas decorativos territoriales bien definidos. Estos sí se muestran, aunque peor precisados, a partir del siglo III a. C., cuando se consolidan amplios espacios políticos en torno a ciudades como Cástulo, en los que se concretan series de motivos simples y complejos pertinentes. En el momento más tardío ‒siglo I a. C.‒, el ajuar de la tumba principesca de Piquía (Arjona, Jaén) recrea un escenario sobre la memoria y la identidad, en el que las vasijas pintadas revalidan la autoctonía de los enterrados, frente a la romanidad que se estaba consolidando. Por último, el fenómeno del repintado es un sugestivo aspecto que vuelve sobre lo que ya podemos decir que es un comportamiento extraordinariamente representativo entre los iberos: su apego por las ‘reliquias’ del pasado y su valor legitimador.

¿Se podría poner algún inconveniente? Los que nos formamos, hace ya demasiado tiempo, en determinados ambientes, interiorizamos una cierta aversión hacia la arqueología winckelmanniana y nociones como estética o estilo, a las que considerábamos parte de aquella y no de una arqueología científica. Esta idea pervive en el inconsciente de una parte de la investigación. En ese sentido, hay un par de aspectos que, en mi opinión, habrían enriquecido el capítulo de teoría y método. Me refiero a haberle dado un mayor recorrido a la Gestalt, uno de los pilares teóricos de la abstracción, lo que hubiera repercutido en la clasificación e interpretación de los signos y el análisis de sus contextos iconográficos. Por otro lado, aquella escuela contribuyó a superar el ideario de Winckelmann/Kant/Hegel y a proponer, junto a otras, bien representadas en este trabajo, unas nuevas bases para la Estética, que incorporan la experiencia, la creación de referentes visuales en los grupos sociales, los códigos de identidad y otros componentes (Santos, 2010Santos, J. A. (2010). “Naturaleza y abstracción en la cerámica ibérica con decoración pintada figurada”. Complutum, 21, pp. 145-168.). El otro aspecto al que me refería es la etnicidad, que sobrevuela el texto sin llegar a hacerse explícita.

En todo caso, esos dos asuntos no merman la solvencia del estudio. Las tesis doctorales son la primera gran inmersión en la investigación y tienen unos tiempos, muchas veces ingratos. Su publicación abre una nueva etapa para, como indica la propia María Isabel Moreno, continuar ensanchando esta propuesta, valiente y resuelta con brillantez, que incorpora lo geométrico a los procesos históricos, identitarios y de cambio social. Lo mismo cabe decir de las herramientas creadas para ello que, al asumir una redefinición de conceptos, en particular el de estética, rompe con prejuicios que aún arrastra parte de la arqueología española. Es de esperar que todo ello cuaje, porque este trabajo es un paso adelante para nuestro conocimiento de la pintura vascular. La autora ha iniciado una senda por la que nunca antes nos habíamos atrevido a transitar, y abre una perspectiva prometedora que ojalá se incorpore a otras áreas prerromanas.

BIBLIOGRAFÍA

 

1 

Campbell, S. (2010). “Understanding symbols: putting meaning to the painted pottery of Prehistoric Northern Mesopotamia”. En: Bolger, D. y Macguire, L. C. (Eds.). Development of Pre-Estate Communities in the Ancient Near East. Oxford: Oxbow Books, pp. 147-155.

2 

Pereira, J. (1988). “La cerámica ibérica de la cuenca del Guadalquivir. I. Propuesta de clasificación”. Trabajos de Prehistoria, 45, pp. 143-174. DOI: https://doi.org/10.3989/tp.1988.v45.i0.608

3 

Ruiz, A., Rísquez, C. y Hornos, F. (1992). “Las necrópolis ibéricas en la Alta Andalucía”. En: Blánquez, J. y Antona, V. (Eds.). Congreso de Arqueología ibérica. Las necrópolis. Madrid: Universidad Autónoma de Madrid, pp. 397-430.

4 

Santos, J. A. (2010). “Naturaleza y abstracción en la cerámica ibérica con decoración pintada figurada”. Complutum, 21, pp. 145-168.