Trabajos de Prehistoria 80 (1)
enero-junio 2023, e06
ISSN: 0082-5638, eISSN: 1988-3218, ISSN-L: 0082-5638
https://doi.org/10.3989/tp.2023.12321

Un santuario doméstico del siglo VII a. C. de culto a Hathor-Astarté en el Cerro de San Vicente (Salamanca, España)

A seventh-century BC domestic sanctuary devoted to Hathor-Ashtart at Cerro de San Vicente (Salamanca, Spain)

Antonio Blanco González

Grupo de Investigación Reconocido Estudios de Prehistoria en la Península Ibérica (GIR PREHUSAL), Dpto. de Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología. Universidad de Salamanca.

https://orcid.org/0000-0003-4502-9651

ablancoglez@usal.es

Juan Jesús Padilla Fernández

Grupo de Investigación Reconocido Estudios de Prehistoria en la Península Ibérica (GIR PREHUSAL), Dpto. de Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología. Universidad de Salamanca.

https://orcid.org/0000-0001-5107-4390

juanjpad@usal.es

Cristina Alario García

Arqueóloga. Cabrerizos (Salamanca).

https://orcid.org/0000-0002-6343-6480

cristinaalario@hotmail.com

Carlos Macarro Alcalde

Ayuntamiento de Salamanca

https://orcid.org/0000-0002-3535-0938

cmacarro@aytosalamanca.es

Alberto Dorado Alejos

Dpto. de Prehistoria y Arqueología. Universidad de Granada.

https://orcid.org/0000-0003-0351-7550

doradoalejos@ugr.es

Rocío Pazos García

Grupo de Investigación Reconocido Estudios de Prehistoria en la Península Ibérica (GIR PREHUSAL), Dpto. de Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología. Universidad de Salamanca.

https://orcid.org/0000-0002-8490-2954

rocio_pazos_garcia@usal.es

Rosana Cerezo Fernández

Grupo de Investigación Reconocido Estudios de Prehistoria en la Península Ibérica (GIR PREHUSAL), Dpto. de Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología. Universidad de Salamanca.

https://orcid.org/0000-0002-5637-2327

rosanacerezo@usal.es

Chapon Linda

Égypte Nilotique et Méditerranéenne (ENiM) unité mixte de recherche – Archéologie des Sociétés Méditerranéennes (UMR 5140 – ASM), Université Paul-Valéry – Montpellier 3.

https://orcid.org/0000-0001-7066-8899

linda.chapon@univ-montp3.fr

Alejandra Sánchez Polo

Grupo de Investigación Reconocido Estudios de Prehistoria en la Península Ibérica (GIR PREHUSAL), Dpto. de Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología. Universidad de Salamanca.

Dpto. de Prehistoria, Arqueología, Antropología Social y Ciencias y Técnicas Historiográficas. Universidad de Valladolid.

https://orcid.org/0000-0001-6067-7724

asanpol@usal.es

Resumen

Se presentan los resultados de las excavaciones de 2022 en el Cerro de San Vicente (Salamanca), que amplían el área exhumada en 2021. Se discute la secuencia diacrónica de dicho espacio y su interpretación funcional y social. Se aborda la religiosidad doméstica a partir de varios edificios de uso cultual y un abundante elenco de objetos litúrgicos: vajilla torneada egipcia o levantina pintada y fenicia de engobe rojo, un aplique de taracea y abalorios de fayenza con iconografía oriental, pebeteros y terracotas y vajilla local con temas orientalizantes, etc. Además, sobresalen los nuevos indicadores de prácticas aristocráticas: instrumentos para artesanías de alta calidad –alfarería y actividades textiles– y atalajes ecuestres –dos camas de bocados óseos–. El cocinado con bandejas y hornillos de atanor, las artesanías especializadas, los rituales domésticos y la edilicia remiten también al ámbito mediterráneo. Todas estas evidencias permiten interpretar el sector excavado como un espacio ceremonial y a la vez doméstico dedicado a una deidad femenina –probable trasunto local de Hathor-Astarté– integrado en el vecindario de patio central de un grupo residencial virilocal multifamiliar. Se reivindica el protagonismo de las mujeres de aquella unidad corporativa amplia y de alto rango en la transmisión y desempeño de todos esos saberes procedimentales y actividades de mantenimiento espiritual y material.

Palabras clave:
arqueología del culto; religiosidad doméstica; importaciones fenicias; comensalidad; Edad del Hierro I; meseta central.
Abstract

This article presents the major outcomes from the excavations undertaken in 2022 at the site of Cerro de San Vicente (Salamanca), enlarging the area unearthed in 2021. The paper discusses the diachronic sequence of this setting and its functional and social interpretation. Household religion is addressed via several cult buildings and a large repertoire of liturgical objects: wheel-thrown painted Egyptian or Levantine and Phoenician red-slip tableware, a faience piece of inlay and faience beads featuring oriental iconography, local terracotta, burners, and tableware with orientalizing motifs, etc. In addition, new indicators of aristocratic practices stand out: instruments for high-quality handicrafts –pottery and textile work– and two equestrian bone items of harnesses. Cooking with ceramic trays and portable tandoor-like stoves, specialized crafts, domestic cults, and buildings refer, as a whole, to the Mediterranean koiné. All these lines of evidence lead to interpret the excavated sector as a domestic sanctuary dedicated to a female deity –likely a local expression of Hathor-Ashtart– integrated into the neighbourhood of a central courtyard compound occupied by a multi-family virilocal residential group. The article reclaims the key role of the women of that broad and high-ranking corporate social unit in the transmission and performance of know-how and practices of spiritual and material maintenance.

Keywords:
archaeology of cult; household religion; Phoenician imports; commensality; Early Iron Age; Iberian central plateau.

Enviado: 07/02/2022. Aceptado: 19/04/2023. Publicado online: 13/07/2023

Cómo citar este artículo/Citation: Blanco González, A., Padilla Fernández, J. J., Alario García, C., Macarro Alcalde, C., Dorado Alejos, A., Pazos García, R., Cerezo Fernández, R., Chapon, L. y Sánchez Polo, A. (2023). “Un santuario doméstico del siglo VII a. C. de culto a Hathor-Astarté en el Cerro de San Vicente (Salamanca, España)”. Trabajos de Prehistoria 80 (1): e06. DOI: https://doi.org/10.3989/tp.2023.12321

CONTENIDO

1. INTRODUCCIÓN

El Cerro de San Vicente (en adelante CSV) es un asentamiento de arquitectura de barro crudo del Hierro I bien conocido en la literatura científica (Macarro y Alario, 2021Macarro, C. y Alario, C. (2021). Los orígenes de Salamanca. El poblado protohistórico del Cerro de San Vicente. Salamanca: Centro de Estudios Salmantinos.; Blanco González et al., 2022Blanco González, A., Padilla Fernández, J. J., Alario García, C., Macarro Alcalde, C., Alarcón García, E.… y Calvo Rathert, M. (2022). “Un singular ambiente doméstico del Hierro I en el interior de la península ibérica: la casa 1 del Cerro de San Vicente (Salamanca, España)”. Trabajos de Prehistoria, 79 (2): pp. 346-361. DOI: https://doi.org/10.3989/tp.2022.12303, 2023Blanco González, A., Pérez Gutiérrez, M., Padilla Fernández, J. J., Velasco Vázquez, J., Alario García, C., Macarro Alcalde, C. y Santos Delgado, G. (2023). “Actividad de culto y edilicia orientalizante en el Cerro de San Vicente (Salamanca, España)”. En: Celestino Pérez, S. y Rodríguez González, E. (Eds.). II Congreso Internacional sobre Tarteso: ‘Nuevas fronteras’. Mytra 12, Madrid: CSIC, pp. 685-698.), a la que remitimos para los detalles sobre su localización y descripción (Fig. 1A). Este artículo se centra en la zona septentrional y más alta del teso, en una cata de 400 m2 actualmente techada y acondicionada para su visita pública (Fig. 1A y 1B), donde se han excavado en sucesivas campañas (2006, 2017, 2021 y 2022) los niveles datados en los siglos VII-VI a. C. En 2021 se excavó la casa 1 y algunos espacios abiertos circundantes, interpretándola como una vivienda singular –con dos poyos y un hogar central que evoca una piel de toro–, probable casa de reuniones y posible hogar del patriarca de un grupo extenso (Blanco González et al., 2022Blanco González, A., Padilla Fernández, J. J., Alario García, C., Macarro Alcalde, C., Alarcón García, E.… y Calvo Rathert, M. (2022). “Un singular ambiente doméstico del Hierro I en el interior de la península ibérica: la casa 1 del Cerro de San Vicente (Salamanca, España)”. Trabajos de Prehistoria, 79 (2): pp. 346-361. DOI: https://doi.org/10.3989/tp.2022.12303). Se recuperaron indicios de actividades sin parangón en otros sectores excavados: numerosos utensilios y residuos de festines colectivos, importaciones mediterráneas, objetos rituales, así como herramientas de artesanías especializadas. Todo ello, junto a la disposición de los edificios, nos llevó a formular una hipótesis de trabajo: la zona excavada fue parte de un agregado de edificios abiertos a un patio central con construcciones compartidas, que alojaron actividades sociales colectivas, incluidos banquetes, reuniones, cocinado, producción textil y alfarera y prácticas rituales. El patrón espacial del caserío en corrillo sugiere su ocupación por un grupo doméstico patrilocal o virilocal, mientras que la informalidad arquitectónica –de crecimiento orgánico y espontáneo– indica prácticas de parentesco cognaticio o bilateral (Blanco González et al., 2022Blanco González, A., Padilla Fernández, J. J., Alario García, C., Macarro Alcalde, C., Alarcón García, E.… y Calvo Rathert, M. (2022). “Un singular ambiente doméstico del Hierro I en el interior de la península ibérica: la casa 1 del Cerro de San Vicente (Salamanca, España)”. Trabajos de Prehistoria, 79 (2): pp. 346-361. DOI: https://doi.org/10.3989/tp.2022.12303).

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Fig. 1. A. Localización del Cerro de San Vicente (Salamanca) en la península ibérica y topografía del sitio con los sectores excavados y la cata estudiada. Fuente: Mapa Topográfico de Castilla y León sobre ortofotografía del Plan Nacional de Ortofotografía Aérea (PNOA) 2010; B. sector excavado en 2022 (recuadro rojo) sobre fotogrametría.

La campaña de 2022 se planteó para paliar tres cuestiones principales: a) entender el caserío del siglo VII a. C. dentro de su trayectoria diacrónica –desde la fundación de la aldea– mediante sondeos y aclarar su articulación espacial ampliando su excavación horizontal; b) esclarecer la naturaleza y uso de los edificios rectilíneos carentes de los elementos diagnósticos de las viviendas (edificios 3 y 7); y c) caracterizar mejor las actividades allí realizadas, los enseres y los patrones de consumo a partir de los cenizales-muladares –muy ricos en importaciones, elementos litúrgicos rotos deliberadamente, herramientas descartadas y despojos culinarios–. Este artículo presenta algunos resultados preliminares de tal excavación, centrándose en una selección de materiales que apuntan a la intensa ritualidad de las actividades implicadas. Tales observaciones se complementan con materiales descubiertos en 2021 y no referidos previamente.

2. MARCO TEÓRICO: ARQUEOLOGÍA DEL CULTO Y RELIGIOSIDAD DOMÉSTICA

La relación entre la Arqueología prehistórica y la religiosidad ha sido conflictiva y ha considerado antitéticos los mundos espiritual y material, sagrado y profano (Renfrew, 1994Renfrew, C. (1994). “The Archaeology of Religion”. En: C.Renfrew y E.Zubrow (Eds.). The Ancient Mind: Elements of Cognitive Archaeology. Nueva York: Cambridge University Press, pp. 47-54.; Insoll, 2004Insoll, T. (2004). Archaeology, Ritual, Religion. Londres: Routledge.; Christensen, 2009Christensen, L. B. (2009). “Cult in the Study of Religion and Archaeology”. En: Jensen, J. T., Hinge, G., Schultz, P. y Wickkiser, B. (Eds.). Aspects of Ancient Greek Cult. Context, Ritual and Iconography. Aarhus: Aarhus University Press, pp. 13-27.; Hodder, 2010Hodder, I. (2010). Religion in the Emergence of Civilization: Çatalhöyük as a Case Study. Nueva York: Cambridge University Press.; Droogan, 2013Droogan, J. (2013). Religion, Material Culture and Archaeology. Londres: Bloomsbury.). La Arqueología no ha tenido en cuenta la religión, o cuando la ha abordado, ha sido con reticencia y la materialidad arqueológica se ha considerado una fuente subsidiaria y muy parcial. Un breve recorrido historiográfico ayudará a enmarcar nuestra contribución entre quienes rechazan la idea misma de religión al tratar la Prehistoria (Bloch, 2010Bloch, M. (2010). “Is there religion in Çatalhöyük... or just houses?”. En: Hodder, I. (Ed.). Religion in the Emergence of Civilization: Çatalhöyük as a Case Study.Cambridge: Cambridge University Press, pp. 146-163.) y quienes la sobrevaloran (Celestino Pérez y Bendala, 2022, p. 351Celestino Pérez, S. y Bendala, M. (2022). “Epílogo: la función religiosa de Cancho Roano”. En: S.Celestino Pérez. Cancho Roano. Un santuario tartésico en el valle del Guadiana. Mérida: Almuzara-IAM, pp. 340-367.).

Para el idealismo histórico-cultural, desde la arqueología sin textos los aspectos religiosos son los más inaccesibles, frente a las técnicas y la economía, más inmediatos. Así, para C. Hawkes (1954, pp. 161-162)Hawkes, C. (1954). “Archaeological Theory and Method. Some Suggestions from the Old World”. American Anthropologist, 56: pp. 155-168. DOI: https://doi.org/10.1525/aa.1954.56.2.02a00660 cuanto más humano fuera el tema de estudio, menos inteligible sería. En cambio, el materialismo histórico entiende la faceta religiosa como una distorsión ideológica coercitiva, como un epifenómeno alienante. El procesualismo cognitivo propuso una metodología para identificar arqueológicamente testimonios religiosos a través del culto o el ritual –considerados sinónimos–, entendiéndolos como un ámbito mental separado del material (Renfrew, 1994Renfrew, C. (1994). “The Archaeology of Religion”. En: C.Renfrew y E.Zubrow (Eds.). The Ancient Mind: Elements of Cognitive Archaeology. Nueva York: Cambridge University Press, pp. 47-54.). En la práctica, tal método es de limitada utilidad (Christensen, 2009, pp. 19-20Christensen, L. B. (2009). “Cult in the Study of Religion and Archaeology”. En: Jensen, J. T., Hinge, G., Schultz, P. y Wickkiser, B. (Eds.). Aspects of Ancient Greek Cult. Context, Ritual and Iconography. Aarhus: Aarhus University Press, pp. 13-27.; Droogan, 2013, pp. 88-93Droogan, J. (2013). Religion, Material Culture and Archaeology. Londres: Bloomsbury.) porque: a) los indicadores religiosos se conciben como esencias universales, privilegiando las creencias mentales y desdeñando las prácticas corporales; b) se identifica la cultura material como ritual/cultual si se constata una serie de indicadores predefinidos; y c) se analizan los efectos secundarios, es decir, el ritual, como sucedáneo de la instancia primaria de las creencias, supuestamente inaccesible arqueológicamente. Además, el procesualismo (Renfrew, 1994Renfrew, C. (1994). “The Archaeology of Religion”. En: C. Renfrew y E. Zubrow (Eds.). The Ancient Mind: Elements of Cognitive Archaeology. Nueva York: Cambridge University Press, pp. 47-54.) ha focalizado su interés en los cultos oficiales o públicos/centralizados, sin prestar suficiente atención a otras manifestaciones, como la devoción íntima y popular, pese a los intentos por integrarlas (Gilmour, 1997Gilmour, G. H. (1997). “The nature and function of astragalus bones from archaeological contexts in the Levant and Eastern Mediterranean”. Oxford Journal of Archaeology, 16 (2): pp. 167-175. DOI: https://doi.org/10.1111/1468-0092.00032, 2000Gilmour, G. H. (2000). “The archaeology of cult in the Ancient Near East: Methodology and practice”. Old Testament Essays, 13 (3): pp. 283-292.). Esta actitud está muy arraigada entre la comunidad arqueológica.

En las últimas cuatro décadas el mundo espiritual ha ganado un creciente interés, consustancial al humanismo posmoderno. Desde la Arqueología contextual, solo un puñado de investigadores ha abordado la religión como objeto de estudio per se (Insoll, 2004Insoll, T. (2004). Archaeology, Ritual, Religion. Londres: Routledge.; Hodder, 2010Hodder, I. (2010). Religion in the Emergence of Civilization: Çatalhöyük as a Case Study. Nueva York: Cambridge University Press.; Droogan, 2013Droogan, J. (2013). Religion, Material Culture and Archaeology. Londres: Bloomsbury.). Lo habitual es referirse al ritual o al culto, conceptos menos inclusivos y asociados a actividades que dejan huella perdurable, como correlatos físicos de la religión. Así, el culto, como práctica de una religión, se considera un concepto intermedio y más accesible arqueológicamente; es más que el ritual, pero menos que la religión y se encuadra en ella (Christensen, 2009, pp. 18-20Christensen, L. B. (2009). “Cult in the Study of Religion and Archaeology”. En: Jensen, J. T., Hinge, G., Schultz, P. y Wickkiser, B. (Eds.). Aspects of Ancient Greek Cult. Context, Ritual and Iconography. Aarhus: Aarhus University Press, pp. 13-27.). Pero tomar la parte –el ritual o el culto– por el todo –la religión– es reduccionista y puede crear relatos deshumanizados y ahistóricos, con protagonistas sin experiencias ni motivaciones religiosas; una proyección extemporánea del presente secular (Droogan, 2013, pp. 49-59Droogan, J. (2013). Religion, Material Culture and Archaeology. Londres: Bloomsbury.). El análisis de estos asuntos ha ganado en solidez teórica y autocrítica. Brück (1999)Brück, J. (1999). “Ritual and Rationality: Some Problems of Interpretation in European Archaeology”. European Journal of Archaeology, 2 (3): pp. 313-344. DOI: https://doi.org/10.1179/eja.1999.2.3.313 denunció el eurocentrismo implícito y criticó el habitual diagnóstico arqueológico del ritual por defecto: como actividad ni pragmática ni utilitaria, sino un residuo inexplicable, una desviación del comportamiento normal. Pensar el ritual desde nuestra lógica racionalista y como una esfera separada puede impedirnos captar la alteridad prehistórica (Brück, 1999Brück, J. (1999). “Ritual and Rationality: Some Problems of Interpretation in European Archaeology”. European Journal of Archaeology, 2 (3): pp. 313-344. DOI: https://doi.org/10.1179/eja.1999.2.3.313). No podemos aplicar indiscriminadamente, como si fueran universales, nuestras nociones dualistas y excluyentes: ritual/secular, simbólico/práctico, sacro/profano, vivo/inerte, etc. En la última década la materialidad ha dejado de considerarse un reflejo de relaciones sociales abstractas o un contenedor pasivo de mensajes simbólicos. Hoy es necesario estudiar la interacción mutua entre los humanos y sus creaciones materiales, que encauzan, modifican o subvierten la vida social (Droogan, 2013Droogan, J. (2013). Religion, Material Culture and Archaeology. Londres: Bloomsbury.).

El estudio arqueológico de la religiosidad del I milenio a. C. peninsular se ha beneficiado demasiado poco de estas aportaciones críticas. La literatura predominante comparte una visión convencional, marcadamente jerárquica y centralizada, de tales sociedades. La aproximación habitual reproduce los planteamientos histórico-culturales aderezados con notas del procesualismo cognitivo: se buscan objetos, edificios y gestos específicamente rituales y especializados, segregados de otros ámbitos de actividad utilitaria o prosaica e identificados por defecto, ante la ausencia de explicaciones pragmáticas (Brück, 1999Brück, J. (1999). “Ritual and Rationality: Some Problems of Interpretation in European Archaeology”. European Journal of Archaeology, 2 (3): pp. 313-344. DOI: https://doi.org/10.1179/eja.1999.2.3.313). Así se acomoda lo encontrado a ideales normativos del pasado o a universales esencialistas y ahistóricos. La interpretación del registro arqueológico se centra en el culto ‘público’, cívico o territorial y se subordina a la información textual, extrapolando al pasado preclásico nociones, esquemas de racionalidad y creencias del mundo grecorromano (Bandera Romero, 2002Bandera Romero, M. L. (2002). “Rituales de origen oriental entre las comunidades tartesias: el sacrificio de animales”. En: Ferrer Albelda, E. (Ed.). Ex oriente lux: las religiones orientales antiguas en la Península Ibérica. Sevilla: Universidad de Sevilla, pp. 141-158.; Moneo, 2003, pp. 267-457Moneo, T. (2003). Religio ibérica. Santuarios, ritos y divinidades (siglos VII-I a.C.). Madrid: Real Academia de la Historia.; Arruda y Celestino, 2009Arruda, A. M. y Celestino, S. (2009). “Arquitectura religiosa en Tartessos”. En: Mateos, P. y Celestino, S. (Eds.). Santuarios, oppida y ciudades. Arquitectura religiosa en el origen y desarrollo urbano del Mediterráneo occidental. Madrid: CSIC, pp. 29-77.; Pardo Barrionuevo, 2019Pardo Barrionuevo, C. A. (2019). “Dioses en el territorio: implantación y atribuciones rurales del panteón fenicio”. Sagvntum (PLAV), 51: pp. 41-57. DOI: https://doi.org/10.7203/SAGVNTVM.51.10251; Celestino Pérez y Bendala, 2022Celestino Pérez, S. y Bendala, M. (2022). “Epílogo: la función religiosa de Cancho Roano”. En: S.Celestino Pérez. Cancho Roano. Un santuario tartésico en el valle del Guadiana. Mérida: Almuzara-IAM, pp. 340-367.).

Aquí nos acercaremos a este tema desde una perspectiva diferente. La vida religiosa, lejos de ser una instancia mental inalcanzable desde la Arqueología (contra Hawkes, 1954Hawkes, C. (1954). “Archaeological Theory and Method. Some Suggestions from the Old World”. American Anthropologist, 56: pp. 155-168. DOI: https://doi.org/10.1525/aa.1954.56.2.02a00660) puede analizarse desde un variado espectro de evidencias materiales (Hodder, 2010Hodder, I. (2010). Religion in the Emergence of Civilization: Çatalhöyük as a Case Study. Nueva York: Cambridge University Press.). Optamos por un enfoque más comprensivo y holístico: la religiosidad y la cosmovisión encauzan culturalmente cualquier actividad a diversas escalas. Las manifestaciones de culto no pueden desligarse del resto de actividades, ni de su capacidad de canalizar/facilitar/coartar la acción social (Gamble, 2002, pp. 100-104Gamble, C. (2002). Arqueología básica. Barcelona: Ariel.; Droogan, 2013, pp. 149-173Droogan, J. (2013). Religion, Material Culture and Archaeology. Londres: Bloomsbury.). Las plantillas de atributos rituales (p. e. Moneo, 2003, pp. 267-352Moneo, T. (2003). Religio ibérica. Santuarios, ritos y divinidades (siglos VII-I a.C.). Madrid: Real Academia de la Historia.; Arruda y Celestino, 2009, pp. 39-43Arruda, A. M. y Celestino, S. (2009). “Arquitectura religiosa en Tartessos”. En: Mateos, P. y Celestino, S. (Eds.). Santuarios, oppida y ciudades. Arquitectura religiosa en el origen y desarrollo urbano del Mediterráneo occidental. Madrid: CSIC, pp. 29-77.; Gomes, 2012, pp. 130-145Gomes, F. G. (2012). Aspectos do sagrado na colonização fenícia. Contextos de culto e influencia oriental na Idade do Ferro do Sul de Portugal (séculos VIII-III a.n.e.). Lisboa: Universidade de Lisboa.) pueden orientar la pesquisa, pero la materialidad religiosa no constituye ninguna esfera segregada del comportamiento, ya que está imbuida de sociabilidad y penetrada por la tecnología o la subsistencia (Delgado Hervás, 2016a, pp. 70-77Delgado Hervás, A. (2016a). “Mujeres, grupos domésticos y prácticas cotidianas en las comunidades fenicias y púnicas occidentales”. En: Costa Ribas, B. (Ed.). Aspectos de la vida y de la muerte en las sociedades fenicio-púnicas. XXIX Jornadas de Arqueología Fenicio-Púnica (Eivissa, 2014). Eivissa: Govern de les Illes Balears, pp. 47-84.; Pardo Barrionuevo, 2019, p. 42Pardo Barrionuevo, C. A. (2019). “Dioses en el territorio: implantación y atribuciones rurales del panteón fenicio”. Sagvntum (PLAV), 51: pp. 41-57. DOI: https://doi.org/10.7203/SAGVNTVM.51.10251). Así pues, aspiramos a reconectar la religiosidad y la materialidad a través de la práctica social, enfocando el análisis sobre las acciones concretas realizadas (Insoll, 2004Insoll, T. (2004). Archaeology, Ritual, Religion. Londres: Routledge.; Gomes, 2012Gomes, F. G. (2012). Aspectos do sagrado na colonização fenícia. Contextos de culto e influencia oriental na Idade do Ferro do Sul de Portugal (séculos VIII-III a.n.e.). Lisboa: Universidade de Lisboa.; Droogan, 2013Droogan, J. (2013). Religion, Material Culture and Archaeology. Londres: Bloomsbury.). Además, al analizar el I milenio a. C. peninsular debemos prestar atención a organizaciones políticas desigualitarias más distribuidas o heterárquicas (Gilmour, 2000, pp. 285-288Gilmour, G. H. (2000). “The archaeology of cult in the Ancient Near East: Methodology and practice”. Old Testament Essays, 13 (3): pp. 283-292.; Mazarakis, 2012Mazarakis, A. (2012). “The domestic and sacred space of Zagora in the context of the south Euboean Gulf”. Mediterranean Archaeology, 25: pp. 119-136.). Seguimos a Gomes (2012, pp. 17-18)Gomes, F. G. (2012). Aspectos do sagrado na colonização fenícia. Contextos de culto e influencia oriental na Idade do Ferro do Sul de Portugal (séculos VIII-III a.n.e.). Lisboa: Universidade de Lisboa. al considerar que tales contextos rituales fueron polisémicos y polifuncionales. Para abordarlos, lo mejor es movilizar y cotejar varias líneas de evidencia, que permitan un análisis contextual robusto (Gamble, 2002, pp. 102-104Gamble, C. (2002). Arqueología básica. Barcelona: Ariel.). Los cultos públicos y la escatología colectiva no pueden entenderse sin atender la espiritualidad íntima. Por eso es más enriquecedor integrar en el análisis la religiosidad doméstica (household religion), que comprende los rituales consuetudinarios del hogar y la piedad personal. Todas esas actividades se dedicaron al mantenimiento espiritual del grupo residente y fueron tareas transculturalmente marcadas por identidades de género, edad y estatus social (Bodel y Olyan, 2008Bodel, J. y Olyan, S. M. (Eds.) (2008). Household and Family Religion in Antiquity. Oxford: Blackwell Publishing.; Mazarakis, 2012Mazarakis, A. (2012). “The domestic and sacred space of Zagora in the context of the south Euboean Gulf”. Mediterranean Archaeology, 25: pp. 119-136.; Nakhai, 2014Nakhai, B. A. (2014). “The Household as Sacred Space”. En: Albertz, R., Nakhai, B. A., Olyan, S. M. y Schmitt, R. (Eds.). Family and Household Religion. Toward a Synthesis of Old Testament Studies, Archaeology, Epigraphy, and Cultural Studies. Winona Lake: Eisenbrauns, pp. 53-71.; Ben-Shlomo, 2014Ben-Shlomo, D. (2014). “Philistine Cult and Household Religion according to the Archaeological Record”. En: Albertz, R., Nakhai, B. A., Olyan, S. M. y Schmitt, R. (Eds.). Family and Household Religion. Toward a Synthesis of Old Testament Studies, Archaeology, Epigraphy, and Cultural Studies. Winona Lake: Eisenbrauns, pp. 73-102.; Meyers, 2014Meyers, C. (2014). “Feast Days and Food Ways. Religious Dimensions of Household Life”. En: Albertz, R., Nakhai, B. A., Olyan, S. M. y Schmitt, R. (Eds.). Family and Household Religion. Toward a Synthesis of Old Testament Studies, Archaeology, Epigraphy, and Cultural Studies.Winona Lake: Eisenbrauns, pp. 225-250.; Delgado Hervás, 2016aDelgado Hervás, A. (2016a). “Mujeres, grupos domésticos y prácticas cotidianas en las comunidades fenicias y púnicas occidentales”. En: Costa Ribas, B. (Ed.). Aspectos de la vida y de la muerte en las sociedades fenicio-púnicas. XXIX Jornadas de Arqueología Fenicio-Púnica (Eivissa, 2014). Eivissa: Govern de les Illes Balears, pp. 47-84.; Stavrakopoulou, 2016Stavrakopoulou, F. (2016). “Religion at Home. The Materiality of Practice”. En: Niditch, S. (Ed.). The Wiley Blackwell Companion to Ancient Israel. Chichester: Wiley-Blackwell, pp. 347-365.; Hernando, 2022Hernando, A. (2022). La corriente de la Historia (y la contradicción de lo que somos). Madrid: Traficantes de Sueños.).

3. PRINCIPALES RESULTADOS DE LA CAMPAñA DE 2022

Las excavaciones de agosto de 2022 abarcaron un área de 80 m2, contaron con un número variable de participantes (13-16) y fueron codirigidas por los cuatro primeros firmantes de este trabajo. Se siguió el habitual sistema de registro Harris/Barker de unidades estratigráficas, se realizó un levantamiento topográfico de hallazgos selectos mediante estación total y de todas las plantas y estructuras mediante fotogrametría y se cribó en seco todo el sedimento extraído.

3.1. Edificios, estructuras y espacios abiertos documentados

La excavación del interior y exterior de la casa 1 concluyó en 2021, salvo un estrecho testigo de adobes adosados a los muros y poyos, dejados para evitar su deterioro. En la campaña de 2022 se ha contado con una restauradora, encargada de retirar los adobes y consolidar las superficies expuestas. Así se ha constatado que todo el frente del poyo UE 139 está pintado con temas circulares azules con puntos blancos sobre un fondo rojo (Anexo AC1). Además, en ambos extremos de ese frente, a los pies del poyo, se han documentado dos peanas de barro cuadradas, donde pudieron apoyarse sendos candiles, posiblemente las dos mismas tacitas-candiles recuperadas en 2017.

La construcción que centró mayor atención en 2022 fue el edificio 3, ya descrito (Macarro y Alario, 2021, lám. 19Macarro, C. y Alario, C. (2021). Los orígenes de Salamanca. El poblado protohistórico del Cerro de San Vicente. Salamanca: Centro de Estudios Salmantinos.; Blanco González et al., 2022Blanco González, A., Padilla Fernández, J. J., Alario García, C., Macarro Alcalde, C., Alarcón García, E.… y Calvo Rathert, M. (2022). “Un singular ambiente doméstico del Hierro I en el interior de la península ibérica: la casa 1 del Cerro de San Vicente (Salamanca, España)”. Trabajos de Prehistoria, 79 (2): pp. 346-361. DOI: https://doi.org/10.3989/tp.2022.12303, 2023Blanco González, A., Pérez Gutiérrez, M., Padilla Fernández, J. J., Velasco Vázquez, J., Alario García, C., Macarro Alcalde, C. y Santos Delgado, G. (2023). “Actividad de culto y edilicia orientalizante en el Cerro de San Vicente (Salamanca, España)”. En: Celestino Pérez, S. y Rodríguez González, E. (Eds.). II Congreso Internacional sobre Tarteso: ‘Nuevas fronteras’. Mytra 12, Madrid: CSIC, pp. 685-698.). Se trata de una estructura de 3 × 5 m y 11 m2 de espacio hábil interno, subdividida por un tabique de adobes y con dos alcobas pavimentadas con adobes, cuya planta rectangular irregular responde a la proporción áurea (5:3) y su eje se orienta a la salida del sol en el solsticio de verano (Blanco González et al., 2023Blanco González, A., Pérez Gutiérrez, M., Padilla Fernández, J. J., Velasco Vázquez, J., Alario García, C., Macarro Alcalde, C. y Santos Delgado, G. (2023). “Actividad de culto y edilicia orientalizante en el Cerro de San Vicente (Salamanca, España)”. En: Celestino Pérez, S. y Rodríguez González, E. (Eds.). II Congreso Internacional sobre Tarteso: ‘Nuevas fronteras’. Mytra 12, Madrid: CSIC, pp. 685-698.) (Fig. 2A). Su zócalo (UE 301) solo conserva una hilada de adobes a soga, dispuesta sobre un podio o soporte de tres alturas con barro y parcialmente forrado con lajas de pizarra. Hacia el este presenta un vano marcado por sendos agujeros de poste (Fig. 2B), precedido por una rampa de adobes (UE 350) con un hoyo de poste central relleno de piedras (UE 352) cubiertos con una lechada de arcilla (UE 301b). En la estancia de acceso –la más oriental– se excavaron unos 40 cm de preparados de arcilla hasta alcanzar el suelo UE 354, descubriéndose un rodapié de lajas de pizarra y el tabique interno UE 314 que separa este zaguán de la alcoba más interna, cuyo vano –con pizarras solando su umbral– estaba tapiado con una doble fila de adobes a soga (UE 323). En la alcoba central se rebajó la capa de arcilla UE 320 unos 30 cm, hasta el pavimento UE 321. En la estancia occidental, la más interior, se desmontó parte del pavimento, compuesto de una alcatifa de adobes (UE 317), una masa intermedia de barro y piedras (UE 319) y otra capa de adobes subyacente (UE 357). Una vez eliminado este paquete constructivo, se efectuó una cata (sondeo interior) de 2 m2 en la mitad sur del habitáculo interno, que profundizó hasta la roca madre. Este sondeo ha permitido verificar una alternancia de niveles cenicientos y capas de arcilla (UE 355), con diversa proporción de cenizas, cerámicas, pellas de barro quemadas y abundantes restos vegetales carbonizados (Anexo AC2).

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Fig. 2. Cerro de San Vicente (Salamanca). A. Ortoimagen (planta) de la cata de 2022, a partir de fotogrametría (autora: F. A. Martínez); B. vista del acceso del edificio 3 desde el este; C. edificio curvilíneo de adobes (UE 362) asociado a un agujero de poste (UE 362b) que marca su entrada; D. perfil estratigráfico norte del sondeo exterior. SN = sustrato natural. Se indican las unidades estratigráficas (UE) referidas en el texto.

En el muro sur del edificio 3 se adosó una estructura semicircular (UE 303), de 160 cm de longitud y 50 cm de alzado excavado, enfoscada y pintada de rojo –una característica única entre la arquitectura de esta fase en la aldea– (Fig. 2B). Se detectó un arco de edificio curvilíneo de adobes a soga (UE 362) al que se asocia un agujero de poste (UE 362b) que marca su entrada, coincidente a grandes rasgos con la orientación del edificio 3 (Fig. 2C). Junto al paramento sur del edificio 3 se realizó el sondeo exterior, de 4 m2, que profundizó hasta el sustrato geológico y permite cotejar la estratificación del sondeo interior (Fig. 2D). Al comprobarse que los estratos de ambas catas coinciden, recibieron la misma denominación. Por debajo se reconoció la alternancia de capas de arcilla y cenizas (Anexo AC3), así como tres placas de barro rojizo rubefactado mezclado con cantos quemados (UE 361a, 361b, 361c). Ligeramente desplazado y con una planta algo excéntrica frente al muro de vivienda UE 362 aparece otro zócalo circular previo (UE 363), de bloques de piedra arenisca –de nuevo, una técnica inédita– con dos molinos amortizados. No se han obtenido fechas absolutas, pero si el techo de la secuencia y el último uso de este espacio y del edificio 3 se datan en el s. VI a. C., el material cerámico asociado a la cabaña más antigua (UE 363) permite fecharla a inicios del Hierro I (ss. IX-VIII a. C.).

En la zona este de la cata se rebajaron sucesivas capas de cenizas y barro que formaron parte del espacio de tránsito al aire libre. Las capas cenicientas han sido muy ricas en restos arqueológicos. Se desmontaron dos estructuras de barro, adobe y piedras de la última fase (Fig. 1B) y se rebajaron unos 20 cm en este cuadrante, hasta detectar dos masivas estructuras de planta circular (Anexo AC4): la UE 358 es una plataforma (de 2 m de diámetro) de grava trabada con arcilla rubefactada y con enlucido exterior y la UE 364 es un círculo de bloques de piedra (de 2,4 m de diámetro), bajo el que se identificaron ortostatos de esquisto hincados de tamaño mediano, definiendo una planta circular. Interpretamos ambas plataformas como grandes placas de combustión o parrillas de fogones colectivos.

Cerrando el espacio excavado por el sur, se sitúan la pequeña construcción cuadrada UE 516 y el edificio 7 (Fig. 2A y Anexo AC5). La estructura UE 516 fue detectada en 2006, cuando se excavó su esquina sur para alojar una zapata de hormigón de la techumbre de la cata, lo que permitió recuperar un vasito askoide que hacía presagiar que se trataba de una construcción singular. La excavación de 2022 ha verificado que fue un pequeño edículo de muros de adobes a soga que definen una planta cuadrangular irregular con un vano en su esquina oriental flanqueado por sendos hoyos de poste. Su paramento conserva dos capas de adobes y un interior posiblemente rebajado respecto al suelo original exterior. En el Soto de Medinilla (Valladolid) se detectaron construcciones de planta y proporciones similares (Delibes de Castro, Romero Carnicero y Ramírez Ramírez, 1995, figs. 4 y 6Delibes de Castro, G., Romero Carnicero, F. y Ramírez Ramírez, M. L. (1995). “El poblado ‘céltico’ de El Soto de Medinilla (Valladolid)”. En: Delibes de Castro, G., Romero Carnicero, F. y Morales, A. (Eds.). Arqueología y medio ambiente. El primer milenio a. C. en el Duero Medio. Valladolid: Junta de Castilla y León, pp. 149-177.).

Inmediatamente al sur se sitúa el edificio 7 (Fig. 2A), delimitado en 2006 sin excavarse su interior. Se trata de otra construcción de planta rectangular irregular de 3,2 × 2,9 m (≈9 m2 de espacio útil), cuyo alzado de adobes a soga preserva unos 70 cm (UE 501). Su zócalo también se forró con lajas de pizarra, y su paramento occidental está marcadamente incurvado y presenta un añadido o refacción de barro. Este edificio consta de un vano de entrada orientado al norte –hacia el espacio al que abren el resto de las estructuras– flanqueado por sendos agujeros de poste y precedido por una plataforma de adobes de diversos tamaños. Su interior presenta un suelo de arcilla apelmazada y se dividió longitudinalmente en dos mitades con sendas alineaciones de adobes (UE 557) (Fig. 2A y Anexo AC5). En el séptimo nivel del Soto de Medinilla la estructura cuadrangular 9 presenta dos alineaciones de adobes similares (Delibes de Castro, Romero Carnicero y Ramírez Ramírez, 1995, p. 159, lám. IIDelibes de Castro, G., Romero Carnicero, F. y Ramírez Ramírez, M. L. (1995). “El poblado ‘céltico’ de El Soto de Medinilla (Valladolid)”. En: Delibes de Castro, G., Romero Carnicero, F. y Morales, A. (Eds.). Arqueología y medio ambiente. El primer milenio a. C. en el Duero Medio. Valladolid: Junta de Castilla y León, pp. 149-177.), tal vez para sustentar una tarima. En su fase más reciente, la esquina suroeste presenta una estructura de barro: una banqueta esquinera (UE 550) con planta en ‘L’, de 20 cm de alto.

3.2. Materiales arqueológicos

3.2.1. Vajilla y coroplastia local y cerámica importada

La cerámica ha sido analizada macroscópicamente para caracterizar su tecnología alfarera (Padilla Fernández, 2022Padilla Fernández, J. J. (2022). Identidades y tecnología social en la Edad del Hierro. Las cerámicas de Las Cogotas. Bibliotheca Praehistorica HispanaXXXVIII, Madrid: CSIC.). La vajilla elaborada a mano con rollos de colombino predomina claramente. Entre la cerámica de cocina destaca un borde con carena resaltada vertical de un cuenco o mortero (Fig. 3A), con buenos paralelos fenopúnicos en Cerdeña (Bison, 2021, pp. 87-90, fig. 24Bison, L. (2021). Food and foodways in Phoenician and Punic Sardinia. New data from organic residue analysis on cookware. Tesis doctoral. Universidad de Bristol. Bristol. Disponible en: https://hdl.handle.net/1983/7b8bace3-8c2b-43c6-9e8b-8bc4cbc1a9db). Sobresale un fragmento de borde de un hornillo de atanor portátil (Fig. 3C) con repellos o trazas técnicas de sellado con forma de ola –que indican la reiterada reparación de grietas o craquelados en sus paredes debidas a constantes choques térmicos–, lo que refuerza su interpretación para uso culinario y descarta que fuera una orza o vasija de almacenaje. También se han identificado fragmentos de platos/bandejas de cocción de pan ázimo con acreción de hollín y cuyos fondos planos en ocasiones presentan punciones profundas que no horadan su pared (Fig. 3B). Ambos tipos presentan buenos paralelos tipológicos en contextos fenicios (Bison, 2021, pp. 91-94, figs. 27 y 29Bison, L. (2021). Food and foodways in Phoenician and Punic Sardinia. New data from organic residue analysis on cookware. Tesis doctoral. Universidad de Bristol. Bristol. Disponible en: https://hdl.handle.net/1983/7b8bace3-8c2b-43c6-9e8b-8bc4cbc1a9db) conforme a modos de cocina orientales y mediterráneos de larga perduración (Gutiérrez Lloret, 1990-1991Gutiérrez Lloret, S. (1990-1991). “Panes, hogazas y fogones portátiles. Dos formas cerámicas destinadas a la cocción del pan en al-Ándalus: el hornillo (tannür) y el plato (tábag)”. Lucentum, IX-X: pp. 161-175. DOI: https://doi.org/10.14198/lvcentvm1990-1991.9-10.10).

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Fig. 3. Cerro de San Vicente (Salamanca). Cerámicas a mano locales: A. cuenco o mortero carenado; B. bandeja de cocción de hogazas; C. atanor o fogón portátil; D. vasija fina a molde grafitada y con pintura poscocción en rojo y amarillo; E. dos miniaturas de vasos realizadas con la técnica del ahuecado.

Destacan las abundantes vasijas con pies realzados y moldurados: dos grandes piezas se hallaron enteras en el cenizal oriental y en el interior del edificio 7, tiznadas de hollín en su hueco interno (Figs. 4A y 4B), lo que indica su empleo como pebeteros o quemaperfumes. Tales bases anulares elevadas ya se conocían en el occidente de la meseta –p. e. en Los Cuestos de la Estación (Zamora), donde se habían comparado con los timiaterios fenicios (Celis Sánchez, 1993, pp. 119-123, figs. 14 y 15Celis Sánchez, J. (1993). “La secuencia del poblado de la Primera Edad del Hierro de ‘Los Cuestos de la Estación’, Benavente (Zamora)”. En: Romero Carnicero, F., Sanz Mínguez, C. y Escudero Navarro, Z. (Eds.). Arqueología Vaccea. Estudios sobre el mundo prerromano en la cuenca media del Duero. Valladolid: Junta de Castilla y León, pp. 93-132.)– pero sus huellas de uso permiten interpretarlas ahora como tales. Además, se ha documentado un número muy alto de vajilla fina simposíaca: unos 450 fragmentos cerámicos con pigmento poscocción, correspondientes a un mínimo de 150 vasitos/cuencos de consumo individual, que representan una cantidad inusual de tales restos.

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Fig. 4. Cerro de San Vicente (Salamanca). A y B. Pies moldurados de dos pebeteros tiznados de hollín; el B estuvo pintado en rojo y se presenta vista de detalle de su interior quemado; C. vasito a molde con pigmento poscocción en rojo y blanco.

La vajilla a mano con técnicas de modelado distintas de los habituales colombinos es minoritaria. Destacan algunos casos de vajilla fina a molde, como un vasito de perfil en ‘S’ con una inusual pintura blanca y roja (UE 353) (Fig. 4C). Otra vasija a molde exhibe varios tratamientos de su superficie, tal vez por cambios en su biografía de uso: primero recibió grafito y posteriormente fue pintada en rojo y amarillo (Fig. 3D). Entre la vajilla manufacturada con la técnica del ahuecado figuran dos cuenquecitos completos, uno de ellos abandonado sobre la estructura semicircular UE 303 (Fig. 3E), interpretables como objetos elaborados por niños.

A los fragmentos de terracota ya conocidos se une una posible estatuilla antropomorfa de reverso plano, con fracturas antiguas, cuyo anverso está muy desfigurado, lo que impide su identificación (Fig. 5A). Podría tratarse de una representación femenina de cuerpo entero con vestido ceremonial o un busto barbado, de los que hay abundantes paralelos coetáneos en el Mediterráneo (Stern, 1995, p. 72, fig. 2.18.8Stern, E. (1995). “Local Pottery of the Persian Period”. En: Stern, E., Berg, J., Gilboa, A., Guz-Zilberstein, B., Raban, A., Rosenthal-Heginbottom, R. y Sharon, I. (Eds.). Excavations at Dor, Final Report, IB: Areas A and C: The Finds (Qedem Reports 2). Jerusalén: The Hebrew University of Jerusalem, pp. 51-92.; Pardo Barrionuevo, 2019, p. 47, fig. 5Pardo Barrionuevo, C. A. (2019). “Dioses en el territorio: implantación y atribuciones rurales del panteón fenicio”. Sagvntum (PLAV), 51: pp. 41-57. DOI: https://doi.org/10.7203/SAGVNTVM.51.10251). También cabe mencionar dos fragmentos concertantes –con rotura antigua y recogidos del interior de la casa 1 y del cenizal exterior– de una moldura de terracota con perfil en nacela, con restos de pintura roja y blanca (Figs. 5B y 6), que interpretamos como la tapa de una cajita o larnax similar a la de Neves I (Portugal) (Gomes, 2012, pp. 75-78, fig. 32Gomes, F. G. (2012). Aspectos do sagrado na colonização fenícia. Contextos de culto e influencia oriental na Idade do Ferro do Sul de Portugal (séculos VIII-III a.n.e.). Lisboa: Universidade de Lisboa.) y otros fragmentos de terracotas de difícil caracterización funcional (Blanco González et al., 2023, fig. 5Blanco González, A., Pérez Gutiérrez, M., Padilla Fernández, J. J., Velasco Vázquez, J., Alario García, C., Macarro Alcalde, C. y Santos Delgado, G. (2023). “Actividad de culto y edilicia orientalizante en el Cerro de San Vicente (Salamanca, España)”. En: Celestino Pérez, S. y Rodríguez González, E. (Eds.). II Congreso Internacional sobre Tarteso: ‘Nuevas fronteras’. Mytra 12, Madrid: CSIC, pp. 685-698.).

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Fig. 5. Cerro de San Vicente (Salamanca). Coroplastia de factura local: A. posible terracota antropomorfa; B. tapa de caja pintada en rojo y blanco.

Entre la cerámica importada, de la entrada del edificio 3 (Fig. 6) procede un fragmento de borde torneado de ánfora fenicia (Ramón Torres, 1995Ramón Torres, J. (1995). Las ánforas fenicio-púnicas del Mediterráneo central y occidental. Instrumenta, 2. Barcelona: Universitat de Barcelona.; Mancebo Dávalos, 1997Mancebo Dávalos, J. (1997). “Ánforas orientalizantes de la cuenca baja del Guadalquivir”. Zephyrus, 50: pp. 199-215.) (Fig. 7A). También son reseñables cinco nuevos fragmentos de vajilla de engobe rojo fenicio (Stern, 1995Stern, E. (1995). “Local Pottery of the Persian Period”. En: Stern, E., Berg, J., Gilboa, A., Guz-Zilberstein, B., Raban, A., Rosenthal-Heginbottom, R. y Sharon, I. (Eds.). Excavations at Dor, Final Report, IB: Areas A and C: The Finds (Qedem Reports 2). Jerusalén: The Hebrew University of Jerusalem, pp. 51-92.; Schubart, 2002-2003Schubart, H. (2002-2003). “Platos fenicios de occidente”. Lucentum, XXI-XXII: pp. 45-61. DOI: https://doi.org/10.14198/lvcentvm2002-2003.21-22.03; Ramón Torres, 2010Ramón Torres, J. (2010). “La cerámica fenicia del mediterráneo extremo occidental y del atlántico (s. VIII - 1r. 1/3 del VI a.C). Problemas y perspectivas actuales”. En: Nigro, L. (Ed.). Motya and the Phoenician Ceramic Repertoire Between the Levant and the West (9th - 6th century BC). Proceedings of the International Conference held in Rome, 26th February 2010. Roma: Università degli studi di Roma La Sapienza, pp. 211-253.): un fondo plano de jarrita con pie anular ligeramente apuntado (Fig. 7D), un fragmento de gollete de ungüentario con arranque del asa (Fig. 7C), un fragmento de arranque de ala de un plato (Fig. 7E), un galbo de plato (Fig. 7F) y otro con engobe rojo más oscuro y pasta clara color beige (Fig. 7B). De extraordinaria importancia es un galbo posiblemente de un ánfora con tecnología alfarera egipcia –de pasta rojiza y a torno rápido– (Fig. 8A), cuyo exterior exhibe un engobe blanquecino y pintura manganeso precocción de flores de loto rellenas de azul egipcio. Esta pieza se embutió al tabicar el vano interno del edificio 3 (UE 323) (Fig. 6) y presenta estrechos paralelos entre la vajilla blue-painted de Malkata, Amarna y Saqqara (Egipto) datada entre la dinastía XVIII (ca. 1400 a. C.) e inicios de la dinastía XX (ca. 1200 a. C.)1Disponible en: https://imalqata.wordpress.com/tag/blue-paintedware/ (último acceso: 29/05/2023) y entre sus imitaciones en el Levante mediterráneo durante el Bronce Final (Martin, 2004Martin, M. A. S. (2004). “Egyptian and egyptianized pottery in Late Bronze Age Canaan: Typology, chronology, ware fabrics and manufacture techniques. Pots and People?”. Egypt and the Levant, 14: pp. 265-284. DOI: https://doi.org/10.1553/AEundL14s265; Aston, 2011Aston, D. (2011). “Blue-Painted Pottery of the Late Eighteenth Dynasty. The Material from the tomb of Maya and Merit at Saqqara”. Cahiers de la Céramique Egyptienne, 9: pp. 1-36.; Nataf, 2014Nataf, K. C. (2014). “Egyptian style pottery dated to the 13th Century B.C.E. at Hazor, Megiddo and Lachish: Corpus, ware fabrics and typology”. Journal of Ancient Egyptian Interconnections, 6 (3): pp. 22-36. DOI: https://doi.org/10.2458/azu_jaei_v06i3_nataf).

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Fig. 6. Cerro de San Vicente (Salamanca). Principales hallazgos en el sector excavado en 2022. La numeración de las piezas responde a la de las Figuras 4, 5, 6, 7, 8, 9 y 10.
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Fig. 7. Cerro de San Vicente (Salamanca). Material importado: A. borde de ánfora fenicia; B-F. vajilla de engobe rojo fenicia, incluyendo un gollete de ungüentario con arranque de asa (C), un fondo de jarrita (D) y tres platos (B, E y F).
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Fig. 8. Cerro de San Vicente (Salamanca). Material importado: A. galbo de recipiente torneado con pintura precocción (vista externa e interna) y posible paralelo egipcio del Metropolitan Museum de Nueva York https://www.metmuseum.org/art/collection/search/100000795?high=on&rpp=50&pg=13&rndkey=20120328&ft=%2A&pos=638 (consulta: 12-06-23); B. cuenta de pasta vítrea; C-H. piezas de fayenza: esquirla de figurita (C), aplique de taracea y detalle del hilo dorado (G) y cuentas (D, E, F y H).

3.2.2. Fayenzas y materiales sintéticos

La caracterización de los elementos sintéticos se ha realizado mediante microfotografías, análisis de fluorescencia de rayos X portátil (FRXp) y espectroscopía de infrarrojos por transformada de Fourier (FTIR) (Chapon et al., e. p.Chapon, L., Padilla-Fernández, J. J., Dorado-Alejos, A. y Blanco-González, A. (en prensa). “Challenging Mediterranean connectivity: A set of Egyptian faience items from Early Iron Age Central Iberia (seventh century BCE)”. European Journal of Archaeology.). En el interior (UE 512) del edificio cuadrangular UE 516 se encontró una cuenta de ensartar de pasta vítrea anacarada, cuyo exterior presenta una hendidura helicoidal y al interior conserva materia orgánica pendiente de caracterización (Figs. 6 y 8B). Los elementos de fayenza recuperados en 2022 han sido variados (Fig. 6). Sobresalen las cuentas: una alargada y de sección plana colocada entre los adobes (UE 323) que tapiaban el vano del edificio 3 (Fig. 8D), otra globular verde turquesa (UE 301b) (Fig. 8H) y dos minúsculas blancas por haber perdido el vidrío externo (Figs. 8E y 8F). También se recuperó una esquirla de fayenza verde de una posible figurita (Fig. 8C) en el relleno del edificio 7. En el hoyo de poste de la entrada del edificio 3 (UE 355) se abandonó una pieza de fayenza de sección biselada (Figs. 6 y 8G). Su cara externa es azul oscuro, muy concrecionada y termoalterada, y preserva trazas de un fino hilo dorado contorneándola, cuyo análisis químico ha determinado que es de electro (Au + Ag) (Chapon et al., e. p.Chapon, L., Padilla-Fernández, J. J., Dorado-Alejos, A. y Blanco-González, A. (en prensa). “Challenging Mediterranean connectivity: A set of Egyptian faience items from Early Iron Age Central Iberia (seventh century BCE)”. European Journal of Archaeology.), mientras su reverso, muy poroso, carece de vidrío. Interpretamos esta plaqueta como un aplique de taracea, que iría embutido en una plancha u objeto de mobiliario. Su forma recuerda a un bucle del peinado de Hathor (Padró i Parcerisa, 1986-1989Padró i Parcerisa, J. (1986-89): “Consideraciones en torno a la divinidad hathórica en la Hispania prerromana”. Empúries, 48-50: pp. 172-177.; Bonnet, 1996Bonnet, C. (1996). Astarté. Dossier documentaire et perspectives historiques. Roma: Consiglio Nazionale delle Ricerche.; Jiménez Ávila y Mederos Martín, 2020Jiménez Ávila, J. y Mederos Martín, A. (2020). “Dos bocados de bronce hispano-fenicios en el Metropolitan Museum (New York): en torno a la funcionalidad e iconografía del Bronce Carriazo”. Zephyrus, 85 (2): pp. 53-78. DOI: https://doi.org/10.14201/zephyrus2020855378). De hecho, por sus dimensiones y formato es compatible con los famosos apliques de bronce representando diosas aladas hathóricas del cerro de El Berrueco (Salamanca-Ávila) (Jiménez Ávila, 2002, pp. 337, 420-421, lám. LXIJiménez Ávila, J. (2002). La toréutica orientalizante en la Península Ibérica. Madrid: Real Academia de la Historia.).

3.2.3. Utensilios de hueso y asta

Destacamos diversas herramientas óseas y en asta, aserradas con útil metálico. En cuanto a las actividades textiles, del relleno del edificio 7 (UE 551) proceden dos rodajas discoidales termoalteradas de epífisis proximales de fémur de mamíferos de porte grande. Una de las piezas es una fusayola de 4,5 cm de diámetro y 18,45 g (Fig. 9C) –una pieza ligera, para hilado muy fino (Grau Mira, e. p.Grau Mira, I. (en prensa). “Prácticas económicas, grupos domésticos y trabajo de las mujeres: las mutaciones en los inicios de la Edad del Hierro del área oriental de Iberia (ss. VIII-VI a.n.e.)”. En: Bermejo Tirado, J. y Blanco González, A. (Eds.). Arqueología de los espacios domésticos en la península ibérica. De la Prehistoria reciente a la Edad Media. Vitoria: Universidad del País Vasco.)– muy desgastada por fricción reiterada. El otro ejemplar, menor y sin perforación, es un desecho tecnológico de la cabeza del fémur, e indica la elaboración in situ de fusayolas óseas (Fig. 9D). En el basurero este se recuperó una pequeña placa planoconvexa perforada (Fig. 9E) (UE 353), quizás la parte medial de un peine o un separador de hilos inacabado –fracturado por la mitad–. También sobresalen varios punzones sobre metápodos o fíbulas de mamíferos medianos/grandes, que pudieron emplearse en la alfarería y terminaron descartados en los cenizales. Además, se han recuperado ocho espátulas sobre hemicostillas de mamíferos pequeños (ovicápridos), medianos (cérvidos y suidos) y grandes (bóvidos y équidos) y otra más sobre costilla completa de mamífero grande. Estas espátulas probablemente se emplearon para elaborar con molde y bruñir vasijas cerámicas (Meneses Fernández, 1994Meneses Fernández, M. D. (1994). “Útiles de hueso del Neolítico Final del sur de la Península Ibérica empleados en alfarería: placas curvas, biseles, placas y apuntados”. Trabajos de Prehistoria, 51 (1): pp. 143-156. DOI: https://doi.org/10.3989/tp.1994.v51.i1.480; Clemente-Conte et al., 2019Clemente-Conte, I., Mazzucco, N., Cuenca-Solana, D., Mozota Holgueras, M. y Díaz Bonilla, S. (2019). “Cerámica prehistórica y el kit instrumental para su producción. Descripción del registro arqueológico de Coro Trasito (Tella-Sin, Huesca)”. Treballs d’Arqueologia, 23: pp. 117-152.), o como elemento intermedio para el urdido de las hebras textiles en el telar. Entre los objetos en asta de ciervo (Cervus elaphus), en el relleno del edificio 7 (UE 546 y 556) se depositaron dos camas de bocados de caballo (psalias) sobre puntas de asta (Figs. 6, 9A, y 9B), ambas con marcas de intenso pulido por fricción en la parte distal y una de ellas con perforación bipolar en la zona proximal (Fig. 9B). Estas piezas de atalaje son bien conocidas en el interior peninsular (Liesau von Lettow-Vorbeck, 1988Liesau von Lettow-Vorbeck, C. (1988). “Estudio de la industria en asta de ciervo de el Soto de Medinilla”. Cuadernos de Prehistoria y Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid, 15: pp. 183-214. DOI: https://doi.org/10.15366/cupauam1988.15.006; 2005, p. 198Liesau von Lettow-Vorbeck, C. (2005). “Arqueozoología del caballo en la antigua Iberia”. Gladius, XXV: pp. 187-206. DOI: https://doi.org/10.3989/gladius.2005.28; Escudero y Balado, 1990Escudero, Z. y Balado, A. (1990). “Sobre los llamados silbatos celtibéricos: una propuesta de interpretación”. Trabajos de Prehistoria, 47: pp. 235-250. DOI: https://doi.org/10.3989/tp.1990.v47.i0.561), como el ejemplar de La Corona-El Pesadero (Zamora) (Misiego Tejada et al., 2013, p. 250, fig. 53Misiego Tejeda, J. C., Martín Carbajo, M. A., Marcos Contreras, G. J., Sanz García, F. J., Pérez Rodríguez, F. J., Doval Martínez, M.… y Sánchez Bonilla, G. (2013). Las excavaciones arqueológicas en el yacimiento de ‘La Corona/El Pesadero’, en Manganeses de la Polvorosa. La Edad del Hierro y la época romana en el norte de la provincia de Zamora. Valladolid: Junta de Castilla y León.).

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Fig. 9. Cerro de San Vicente (Salamanca). Instrumental óseo (A-E): A y B. camas de bocados ecuestres: (A) pieza entera y (B) con rotura reciente; C. fusayola de hueso; D. recorte de una fusayola; E. fragmento de peine-separador.

3.2.4. Instrumental lítico y minerales

En el sector excavado en 2022 se ha recuperado una veintena de piezas de molinos barquiformes de arenisca y granito, una cantidad inusualmente alta. Destaca un nuevo fragmento de muela con restos de ocre molturado (UE 329) que testimonia la preparación de pigmento rojo. Del sondeo interior del edificio 3 proceden varias piedras de afilar, así como una piedra oblonga pulida dejada sobre el suelo de la estancia central de dicho edificio (UE 320), que porta una perforación en su extremo, restos de otra en su fractura y marcas de estrías, posiblemente por el afilado de metal (Fig. 10A). El interior (UE 517) de la estructura 516 rindió una cuenta de ensartar de piedra dura negruzca-verdosa jaspeada con finas vetas blancas (Figs. 6 y 10B). Todos los sedimentos excavados contenían una cantidad muy alta de nodulitos de hematites rojo y algunos ejemplares de esquisto violáceo y limonita amarilla, muy probablemente para elaborar pigmentos.

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Fig. 10. Cerro de San Vicente (Salamanca). Instrumental lítico: A. pulidor; B. cuenta de collar jaspeada.

3.2.5. Conjunto arqueofaunístico

El estudio arqueozoológico (Tab. 1) indica que, en número mínimo de individuos (NMI), la familia Caprinae es la más representada, seguida del ganado porcino, vacuno y equino. Los taxones fruto de actividad cinegética fueron cérvidos, lepóridos y un quelonio. Las marcas de corte y combustión en los restos de mamíferos, junto con la termoalteración del caparazón del quelonio demuestran el procesado, cocinado y consumo de todos los taxones. La edad de muerte esquelética de la cabaña ganadera indica un aprovechamiento mixto. Las cabras/ovejas y cerdos más jóvenes fueron sacrificados para consumir su carne, mientras los ovicápridos adultos se explotaron por sus productos secundarios (lana y lácteos). El consumo cárnico de suidos –15 % del NMI– es superior a otros sectores de la aldea estudiados –9 % en la zona excavada en 2018 (Blanco González et al., e. p.Blanco González, A., Padilla Fernández, J. J., Alario García, C., Macarro Alcalde, C., Martínez Varea, C., Pazos García, R., Sánchez Polo, A., Vallés Iriso, J. y Ortiz Nieto-Márquez, I. (en prensa). “Arqueología doméstica del Hierro I meseteño: excavaciones de 2018 en el Cerro de San Vicente (Salamanca, España)”. Complutum.)–. En cambio, équidos y bóvidos se sacrificaron exclusivamente adultos, una vez agotado su aprovechamiento como animales de tiro/labor. Se han recuperado cuatro astrágalos de Cervus elaphus, uno de Bos taurus y otro de Caprinae, sin desgaste por su uso como piezas de juego o votivas (Gilmour, 1997Gilmour, G. H. (1997). “The nature and function of astragalus bones from archaeological contexts in the Levant and Eastern Mediterranean”. Oxford Journal of Archaeology, 16 (2): pp. 167-175. DOI: https://doi.org/10.1111/1468-0092.00032). Las marcas de carroñeo por carnívoros comparecen en 258 huesos, por lo que los perros accedieron a tales despojos antes de su enterramiento definitivo. Sin embargo, la exposición subaérea tan solo afectó al 4 % del conjunto, por lo que los restos óseos apenas estuvieron expuestos. Posiblemente los basureros orgánicos se tapaban con cenizas y detritos inorgánicos. Las especies silvestres fueron cazadas en edades adultas y subadultas para sacarles su máximo partido cárnico. En cuanto a los restos de tortuga, estos reptiles se asaban sobre su caparazón dorsal y son relativamente comunes en yacimientos arqueológicos de la península ibérica, pero suelen estar infrarrepresentados entre la Edad del Bronce y época romana (Nabais, Boneta y Soares, 2019Nabais, M., Boneta, I. y Soares, R. (2019). “Chelonian use in Portugal: Evidence from Castelo Velho de Safara”, Journal of Archaeological Science: Reports, 28: p. 102054. DOI: https://doi.org/10.1016/j.jasrep.2019.102054), lo que acrecienta el interés del ejemplar de CSV.

Especie NR % NME % NMI % NMI por edades
INMADURO JUVENIL SUBADULTO ADULTO
Bos taurus 88 23 77 23 4 8 4
Ovis aries 22 6 22 6 11 21 4 7
Capra hircus 8 2 8 2 2 4 2
Caprinae 125 32 107 32 11 21 3 8
Sus sp. 30 8 26 8 8 15 2 2 4
Cervus elaphus 66 17 57 17 6 11 2 4
Equus sp. 33 9 30 9 4 8 4
Leporidae 11 3 11 3 6 11 6
Quelonios 3 1 1 0,3 1 2 1
Mam. grande 220 187
Mam. mediano 98 81
Mam. pequeño 176 143
Indeterminable 46
TOTAL 926 100 750 100 53 100 2 9 2 40

Tab. 1. Arqueozoología del sector excavado en el Cerro de San Vicente (Salamanca). Mam. (mamífero), NR (número de restos), NME (número mínimo de elementos) y NMI (número mínimo de individuos) por edades, taxones y familia. Porcentajes calculados a partir de los restos identificados taxonómica y anatómicamente.

3.2.6. Otros hallazgos singulares

Se han recuperado varios especímenes fósiles2Fósiles identificados por el Dr. José Ángel González Delgado y el Dr. Valentín Pérez Mellado (Universidad de Salamanca). exclusivos de ambientes marinos. Sobre el suelo de la estancia central del edificio 3 (UE 320) se abandonó un diente fósil de tiburón (Figs. 6 y 11A): un elasmobranquio lamniforme del género Isurus, del Mioceno-Plioceno, que aparece en Huelva, Alicante, Tarragona, así como en Marruecos y el Mediterráneo central. A este fósil se añade el hallazgo en 2021, en la casa 1, de un fragmento de la valva izquierda de un molusco (Fig. 11B) –probablemente Pecten jacobeus–, conocidos desde el Plioceno hasta hoy. Su concreción pétrea adherida es de arena, probablemente de una terraza marina algo consolidada y con alta abrasión, que además contiene restos de foraminíferos bentónicos, equínidos –se observan púas– y briozoos. Su distribución abarca todo el Mediterráneo y el Atlántico adyacente (Huelva y Marruecos).

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Fig. 11. Cerro de San Vicente (Salamanca). Especímenes fósiles: A. diente de escualo (campaña de 2022); B. venera (campaña de 2021).

4. DISCUSIÓN

En esta sección se retoman los tres principales objetivos de la campaña de 2022 (ver Introducción) ya mencionados y se analizan las evidencias recuperadas al respecto.

Un primer aspecto que pretendíamos completar era la lectura diacrónica y sincrónica del sector intervenido. La realización de sendos sondeos estratigráficos hasta el sustrato geológico ofrece una primera imagen de su trayectoria. Sabemos que desde momentos muy tempranos del Hierro I (≈ ss. IX-VIII a. C.) –con criterios tipológicos– este sector fue un espacio abierto con fogones (UE 361, 361b y 361c) donde se fueron acumulando lentejones cenicientos (UE 355), fruto de sucesivas celebraciones de comensalidad. Intercalada entre tales estratos se edificó la cabaña UE 363 de zócalo pétreo, reedificada en adobe posteriormente (UE 362). La secuencia de este sector presenta concomitancias con Ratinhos (Moura, Portugal) donde, en la cima del poblado y sobre las cabañas ovales del Bronce Final (fase 2, ss. XIII-IX a. C.) se erigió en el Hierro I (fase 1b, ss. IX-VIII a. C.) un agregado de edificios de zócalos pétreos: dos grandes viviendas circulares en torno a un edificio ortogonal compartimentado y sobre otra vivienda curvilínea de idéntica proporción (Berrocal-Rangel y Silva, 2010, pp. 244-258Berrocal-Rangel, L. y Silva, A. C. (2010). O Castro dos Ratinhos (Barrangem do Alqueva, Moura). Excavações num povoado proto-histórico do Guadiana, 2004-2007. Lisboa: Museu Nacional de Arqueologia.). La integración de un inusual edificio rectilíneo entre viviendas circulares y a su vez cimentado sobre una vivienda circular en un lapso temporal breve asemejan el edificio 3 charro al santuario MN23-b luso, y posiblemente ambos compartieron orientación de entrada. Por su parte, la estratificación de sucesivos cenizales (UE 355) intercalados con pequeñas placas rubefactadas de fogones exteriores (UE 361), así como dos grandes parrillas en el espacio abierto más oriental (UE 358 y 364) es comparable a los muladares-cenizales (middens) coetáneos del sur de Gran Bretaña. Los montículos antropogénicos británicos son masivos paquetes sedimentarios homogéneos, extraordinariamente ricos en huesos de fauna consumida y cerámica, fruto de la acumulación paulatina y discontinua de desechos tras festines periódicos, intercalados con hogares exteriores (Tullett, 2008Tullett, A. (2008). “Black earth, bone and bits of old pot: The Pewsey middens. Recent work by the University of Sheffield”. En: Davis, O., Sharples, N. y Waddington, K. (Eds.). Changing perspectives on the first millennium BC. Oxford: Oxbow, pp. 11-20.; Tubb, 2011Tubb, P. (2011). The LBA/EIA Transition in the Vale of Pewsey, Wiltshire. British Archaeological Reports British Series, 543. Oxford: Archaeopress.; Madgwick y Mulville, 2015Madgwick, R. y Mulville, J. (2015). “Feasting on fore-limbs: conspicuous consumption and identity in later prehistoric Britain”. Antiquity, 83 (345): pp. 629-644. DOI: https://doi.org/10.15184/aqy.2015.24; Madgwick, 2016Madgwick, R. (2016). “New light on feasting and deposition: exploring accumulation history through taphonomic analysis at later prehistoric middens in Britain”. Archaeological and Anthropological Sciences, 8: pp. 329-341. DOI: https://doi.org/10.1007/s12520-015-0271-2). En el CSV, hacia el s. VII a. C. ese espacio quedó integrado en un agregado de edificios ocupado por un grupo doméstico extenso –probablemente una rama cognaticia virilocal– (Blanco González et al., 2022Blanco González, A., Padilla Fernández, J. J., Alario García, C., Macarro Alcalde, C., Alarcón García, E.… y Calvo Rathert, M. (2022). “Un singular ambiente doméstico del Hierro I en el interior de la península ibérica: la casa 1 del Cerro de San Vicente (Salamanca, España)”. Trabajos de Prehistoria, 79 (2): pp. 346-361. DOI: https://doi.org/10.3989/tp.2022.12303). La excavación del extremo meridional de la cata ha confirmado que las diversas construcciones orientan sus entradas hacia un foco central, que articuló espacialmente el patio abierto (Fig. 2). Tal espacio central incluía una cabaña de asambleas/reuniones (casa 1) y varias construcciones ortogonales (edificios 3 y 7).

La segunda cuestión abordada es la función de los edificios rectilíneos de adobe, carentes de los indicadores arqueológicos de las viviendas. Estos fueron habituales en los ss. VII-VI a. C. en el oriente meseteño y la cuenca del Ebro, mientras que en la franja occidental meseteña las viviendas eran mayoritariamente circulares (Ruiz Zapatero, 2018Ruiz Zapatero, G. (2018). “Casas, ‘hogares’ y comunidades: castros y oppida prerromanos en la Meseta”. En: Rodríguez Díaz, A., Pavón Soldevila, I. y Duque Espino, D. M. (Eds.). Mas allá de las casas. Familias, linajes y comunidades en la protohistoria peninsular. Cáceres: Universidad de Extremadura, pp. 327-361.). En el CSV se combinaron ambos tipos de edificios desde la base de su secuencia (Macarro y Alario, 2021, pp. 29-33, lám. 14Macarro, C. y Alario, C. (2021). Los orígenes de Salamanca. El poblado protohistórico del Cerro de San Vicente. Salamanca: Centro de Estudios Salmantinos.), pero los rectangulares fueron polifuncionales y de ambiente único erigidos con gran maestría edilicia, cuyo espacio interior (≈11-25 m2) fue sensiblemente inferior a las casas circulares (≈13-50 m2) y frecuentemente aparecen quemados. En cambio, en el sector estudiado (Fig. 2) las construcciones ortogonales (edificios 3 y 7), pese a su monumentalidad –cimentación masiva y fajado de zócalos y umbrales con pizarras– muestran muy escasa pericia constructiva e incluso plantas retranqueadas. Su espacio hábil fue muy exiguo (<11 m2) y compartimentado con tabiques internos, carecen de hogar y poyo –la banqueta en ‘L’ del edificio 7 no responde al prototipo habitual– y no se quemaron. Todas esas observaciones indican que fueron edificios de aforo muy reducido (2-3 personas simultáneamente) y uso restringido, posiblemente frecuentados ocasionalmente según pautas muy regladas. Ello contrasta con la ocupación doméstica permanente, por unidades residentes conyugales (2-6 personas), de las viviendas multifuncionales adyacentes. En suma, los constructores de los edificios escuadrados 3 y 7 del CSV quisieron reproducir, con muy desigual destreza, una edilicia inusual, exótica y prestigiosa. Posiblemente emularon edículos litúrgicos –santuarios o templos– de otras latitudes, para los que no es posible encontrar paralelos exactos, ya que la casuística es demasiado variada (Moneo, 2003Moneo, T. (2003). Religio ibérica. Santuarios, ritos y divinidades (siglos VII-I a.C.). Madrid: Real Academia de la Historia.; Arruda y Celestino, 2009Arruda, A. M. y Celestino, S. (2009). “Arquitectura religiosa en Tartessos”. En: Mateos, P. y Celestino, S. (Eds.). Santuarios, oppida y ciudades. Arquitectura religiosa en el origen y desarrollo urbano del Mediterráneo occidental. Madrid: CSIC, pp. 29-77.; Gomes, 2012Gomes, F. G. (2012). Aspectos do sagrado na colonização fenícia. Contextos de culto e influencia oriental na Idade do Ferro do Sul de Portugal (séculos VIII-III a.n.e.). Lisboa: Universidade de Lisboa.; Mierse, 2012Mierse, W. E. (2012). Temples and Sanctuaries from the Early Iron Age Levant. Recovery after Collapse. Winona Lake: Eisenbrauns.; Edrey, 2018Edrey, M. (2018). “Towards a Definition of the pre-Classical Phoenician Temple”. Palestine Exploration Quarterly, 150 (3): pp. 184-205. DOI: https://doi.org/10.1080/00310328.2018.1471652) y los casos conocidos son únicos e idiosincráticos, pues responden a circunstancias indefinibles (Gomes, 2012, p. 130Gomes, F. G. (2012). Aspectos do sagrado na colonização fenícia. Contextos de culto e influencia oriental na Idade do Ferro do Sul de Portugal (séculos VIII-III a.n.e.). Lisboa: Universidade de Lisboa.).

En tercer lugar, para esclarecer las actividades realizadas en este vecindario resultaba imprescindible ampliar la excavación de los cenizales. Se han recuperado numerosos utensilios de actividades típicamente –aunque no exclusivamente– femeninas, como la hilatura, la alfarería, la molturación de alimentos panificables o su cocinado. Se han caracterizado mejor los modos culinarios, que remiten al ámbito mediterráneo, caso de la cocción de hogazas o tortas de cereal usando fogones portátiles de atanor (Fig. 3C) o bandejas (Fig. 3B) (Gutiérrez Lloret, 1990-1991Gutiérrez Lloret, S. (1990-1991). “Panes, hogazas y fogones portátiles. Dos formas cerámicas destinadas a la cocción del pan en al-Ándalus: el hornillo (tannür) y el plato (tábag)”. Lucentum, IX-X: pp. 161-175. DOI: https://doi.org/10.14198/lvcentvm1990-1991.9-10.10), tareas más flexibles y deslocalizadas que el uso del horno culinario de obra, como el del Soto de Medinilla (Delibes de Castro, Romero Carnicero y Ramírez Ramírez, 1995, p. 160, lám. IIIDelibes de Castro, G., Romero Carnicero, F. y Ramírez Ramírez, M. L. (1995). “El poblado ‘céltico’ de El Soto de Medinilla (Valladolid)”. En: Delibes de Castro, G., Romero Carnicero, F. y Morales, A. (Eds.). Arqueología y medio ambiente. El primer milenio a. C. en el Duero Medio. Valladolid: Junta de Castilla y León, pp. 149-177.). La elaboración de alimentos, incluyendo panes o tortas y bebidas alcohólicas se repite en los espacios rituales mediterráneos del I milenio a. C. (Bandera Romero, 2002, pp. 154-156Bandera Romero, M. L. (2002). “Rituales de origen oriental entre las comunidades tartesias: el sacrificio de animales”. En: Ferrer Albelda, E. (Ed.). Ex oriente lux: las religiones orientales antiguas en la Península Ibérica. Sevilla: Universidad de Sevilla, pp. 141-158.; Ackerman, 2008, pp. 132-137Ackerman, S. (2008). “Household Religion, Family Religion, and Women’s Religion in Ancient Israel”. En: Bodel, J. y Olyan, S. M. (Eds.). Household and Family Religion in Antiquity. Oxford: Blackwell Publishing, pp. 127-158.). El estudio de la asociación arqueofaunística (Tab. 1) ha permitido constatar el predominio del aporte cárnico vacuno y de cabras/ovejas, así como el relativamente alto número de suidos (15 % del NMI) comparado con otras zonas del ‘barrio alto’ del CSV –9 % en la cata de 2018 (Blanco González et al., e. p.Blanco González, A., Padilla Fernández, J. J., Alario García, C., Macarro Alcalde, C., Martínez Varea, C., Pazos García, R., Sánchez Polo, A., Vallés Iriso, J. y Ortiz Nieto-Márquez, I. (en prensa). “Arqueología doméstica del Hierro I meseteño: excavaciones de 2018 en el Cerro de San Vicente (Salamanca, España)”. Complutum.)–. En otros agregados de patio central peninsulares donde se practicaron festines, como El Acebuchal (Sevilla) y Montemolín (Sevilla), o en lugares de comensalidad como Llanmaes (Gales, Reino Unido) se sacrificaron solo animales domésticos jóvenes y se seleccionaron determinadas partes anatómicas del esqueleto (Bandera Romero, 2002Bandera Romero, M. L. (2002). “Rituales de origen oriental entre las comunidades tartesias: el sacrificio de animales”. En: Ferrer Albelda, E. (Ed.). Ex oriente lux: las religiones orientales antiguas en la Península Ibérica. Sevilla: Universidad de Sevilla, pp. 141-158.; Madgwick y Mulville, 2015Madgwick, R. y Mulville, J. (2015). “Feasting on fore-limbs: conspicuous consumption and identity in later prehistoric Britain”. Antiquity, 83 (345): pp. 629-644. DOI: https://doi.org/10.15184/aqy.2015.24). En cambio, los restos faunísticos aquí analizados responden a un consumo doméstico en línea con el de otros barrios de la aldea (Macarro y Alario, 2021Macarro, C. y Alario, C. (2021). Los orígenes de Salamanca. El poblado protohistórico del Cerro de San Vicente. Salamanca: Centro de Estudios Salmantinos.), implicando especies de todo tipo y sin patrones claros de selección de partes esqueléticas.

Además de los numerosos testimonios de ceremonias de comensalidad, el sector excavado destaca por su abundancia de elementos litúrgicos (Moneo, 2003Moneo, T. (2003). Religio ibérica. Santuarios, ritos y divinidades (siglos VII-I a.C.). Madrid: Real Academia de la Historia.; Gomes, 2012Gomes, F. G. (2012). Aspectos do sagrado na colonização fenícia. Contextos de culto e influencia oriental na Idade do Ferro do Sul de Portugal (séculos VIII-III a.n.e.). Lisboa: Universidade de Lisboa.), que aparecen diseminados por la cata, abandonados en los cenizales exteriores y concentrados en el interior de algunas construcciones, especialmente en los edificios rectangulares 3, 7 y UE 516 (Fig. 6): terracotas pintadas en rojo y blanco, pebeteros, al menos un ungüentario, tejuelos sobre cerámica recortada, abundante menaje de bebida y simposíaco –incluyendo piezas importadas únicas, como un bol de fayenza o un ánfora torneada y pintada, etc. Para caracterizarlos mejor, desde la perspectiva de la religiosidad doméstica (household religion) cabría distinguir entre: a) los rituales consuetudinarios del hogar y las muestras de piedad personal; y b) los rituales colectivos, orientados al mantenimiento espiritual del grupo residente y sus visitantes y actividades. En la literatura etnográfica los cultos domésticos son liminares, propiciatorios y apotropaicos; sirven para proteger a miembros concretos del grupo en coyunturas de tránsito vital –ritos de paso, nacimiento, matrimonio, parto y muerte– y suelen estar protagonizados por mujeres (Bodel y Olyan, 2008Bodel, J. y Olyan, S. M. (Eds.) (2008). Household and Family Religion in Antiquity. Oxford: Blackwell Publishing.; Nakhai, 2014Nakhai, B. A. (2014). “The Household as Sacred Space”. En: Albertz, R., Nakhai, B. A., Olyan, S. M. y Schmitt, R. (Eds.). Family and Household Religion. Toward a Synthesis of Old Testament Studies, Archaeology, Epigraphy, and Cultural Studies. Winona Lake: Eisenbrauns, pp. 53-71.; Ben-Shlomo, 2014Ben-Shlomo, D. (2014). “Philistine Cult and Household Religion according to the Archaeological Record”. En: Albertz, R., Nakhai, B. A., Olyan, S. M. y Schmitt, R. (Eds.). Family and Household Religion. Toward a Synthesis of Old Testament Studies, Archaeology, Epigraphy, and Cultural Studies. Winona Lake: Eisenbrauns, pp. 73-102.; Meyers, 2014Meyers, C. (2014). “Feast Days and Food Ways. Religious Dimensions of Household Life”. En: Albertz, R., Nakhai, B. A., Olyan, S. M. y Schmitt, R. (Eds.). Family and Household Religion. Toward a Synthesis of Old Testament Studies, Archaeology, Epigraphy, and Cultural Studies.Winona Lake: Eisenbrauns, pp. 225-250.; Delgado Hervás, 2016aDelgado Hervás, A. (2016a). “Mujeres, grupos domésticos y prácticas cotidianas en las comunidades fenicias y púnicas occidentales”. En: Costa Ribas, B. (Ed.). Aspectos de la vida y de la muerte en las sociedades fenicio-púnicas. XXIX Jornadas de Arqueología Fenicio-Púnica (Eivissa, 2014). Eivissa: Govern de les Illes Balears, pp. 47-84.; Stavrakopoulou, 2016Stavrakopoulou, F. (2016). “Religion at Home. The Materiality of Practice”. En: Niditch, S. (Ed.). The Wiley Blackwell Companion to Ancient Israel. Chichester: Wiley-Blackwell, pp. 347-365.). Así, entre el repertorio exhumado en el CSV, se reconocen varios elementos personales de protección mágica contra la polución simbólica: colgantes-talismanes –el amuleto de fayenza de Hathor o ciertos fósiles marinos– y otros objetos de culto doméstico –pebeteros, candiles, microvasos, figuritas y fragmentos no identificados de terracota–. Los dientes fósiles de tiburón aparecen esporádicamente en sitios del Hierro I-II del Levante palestino (1200-586 a. C.), como los de Jerusalén procedentes del desierto del Neguev (Tütken et al., 2020, pp. 18-19Tütken, T., Weber, M., Zohar, I., Helmy, H., Bourgon, N., Lernau, O., Jochum, K. P. y Sisma-Ventura, G. (2020). “Strontium and Oxygen Isotope Analyses Reveal Late Cretaceous Shark Teeth in Iron Age Strata in the Southern Levant”. Frontiers in Ecology and Evolution, 8: p. 570032. DOI: https://doi.org/10.3389/fevo.2020.570032). El ejemplar salmantino (Fig. 11A) sería un objeto exótico cargado de simbología esotérica. Especímenes frescos de Pecten jacobeus –de la misma especie que el fósil del CSV (Fig. 11B)– y también de Glycymeris sirvieron en ambientes fenicios para tapizar algunos umbrales y para elaborar adornos corporales (Escacena y Vázquez, 2009Escacena, J. L. y Vázquez, M. I. (2009). “Conchas de salvación”. Spal, 18: pp. 53-84. DOI: https://doi.org/10.12795/spal.2009.i18.04). Al tratarse de un único ejemplar, tal vez quepa relacionar su uso con su superficie anacarada: idónea para alojar pigmento o como paleta cosmética, aunque su inspección con microscopio no ha revelado trazas. La mayoría de estas piezas se encontraron muy fracturadas, arrojadas descuidadamente en los cenizales. Es muy significativa su mezcla con detritos de diversas actividades prosaicas y utensilios de labores artesanales y domésticas. A partir de criterios tecnológicos (Padilla Fernández, 2022Padilla Fernández, J. J. (2022). Identidades y tecnología social en la Edad del Hierro. Las cerámicas de Las Cogotas. Bibliotheca Praehistorica HispanaXXXVIII, Madrid: CSIC.) y del registro etnohistórico intercultural cabe identificar tales tareas como predominantemente femeninas. En otras ocasiones se reconocen maneras de descarte más formalizado, que informan de la ritualización de la vida social propia de estas actividades domésticas. Así, destacaremos un vasito (Fig. 3E) modelado –¿y abandonado?– por un niño sobre la estructura UE 303, algunos huesos depositados en hoyos, o una vasija completa dejada en el cenizal oriental en su posición funcional. También la mayoría de los molinos o el vasito askoide de la UE 516 aparecieron colocados boca abajo.

Por otra parte, dentro de la religiosidad del hogar, cabría reconocer cultos mucho más formales, centrados en la hospitalidad, las alianzas y los acuerdos a mayor escala, conllevando la exhibición y el uso de objetos valiosos y menaje suntuario e involucrando gentes externas al grupo residencial y a la comunidad aldeana. Así, algunas piezas exóticas –sin duda reminiscentes de sociabilidad, largas biografías y remota conectividad– fueron colocadas en el cierre del edificio 3: el aplique de taracea y una cuenta de fayenza se depositaron sobre su suelo y el galbo del ánfora pintada egipcio-levantina y otra cuenta de fayenza se insertaron entre los adobes que sellaban el vano de su tabique interno (Fig. 6). Este mismo gesto de clausura ritualizada también se practicó, dos siglos después, usando un escarabeo de jaspe en Cancho Roano (Badajoz) (Celestino Pérez, 2022, p. 199Celestino Pérez, S. (2022). Cancho Roano. Un santuario tartésico en el valle del Guadiana. Mérida: Almuzara-IAM.).

Ya discutimos previamente algunos paralelos para el vecindario de patio central (Blanco González et al., 2022Blanco González, A., Padilla Fernández, J. J., Alario García, C., Macarro Alcalde, C., Alarcón García, E.… y Calvo Rathert, M. (2022). “Un singular ambiente doméstico del Hierro I en el interior de la península ibérica: la casa 1 del Cerro de San Vicente (Salamanca, España)”. Trabajos de Prehistoria, 79 (2): pp. 346-361. DOI: https://doi.org/10.3989/tp.2022.12303, 2023Blanco González, A., Pérez Gutiérrez, M., Padilla Fernández, J. J., Velasco Vázquez, J., Alario García, C., Macarro Alcalde, C. y Santos Delgado, G. (2023). “Actividad de culto y edilicia orientalizante en el Cerro de San Vicente (Salamanca, España)”. En: Celestino Pérez, S. y Rodríguez González, E. (Eds.). II Congreso Internacional sobre Tarteso: ‘Nuevas fronteras’. Mytra 12, Madrid: CSIC, pp. 685-698.) y hemos señalado aquí la similitud arquitectónica con Ratinhos (Berrocal-Rangel y Silva, 2010, pp. 244-258Berrocal-Rangel, L. y Silva, A. C. (2010). O Castro dos Ratinhos (Barrangem do Alqueva, Moura). Excavações num povoado proto-histórico do Guadiana, 2004-2007. Lisboa: Museu Nacional de Arqueologia.) y otros santuarios comparables (Bandera Romero, 2002Bandera Romero, M. L. (2002). “Rituales de origen oriental entre las comunidades tartesias: el sacrificio de animales”. En: Ferrer Albelda, E. (Ed.). Ex oriente lux: las religiones orientales antiguas en la Península Ibérica. Sevilla: Universidad de Sevilla, pp. 141-158.). El sector excavado en el CSV cuadraría entre los ‘santuarios domésticos y dinásticos’ de Moneo (2003, pp. 268-279)Moneo, T. (2003). Religio ibérica. Santuarios, ritos y divinidades (siglos VII-I a.C.). Madrid: Real Academia de la Historia. o con el ‘modelo de patio central’ de Gomes (2012, pp. 130-134)Gomes, F. G. (2012). Aspectos do sagrado na colonização fenícia. Contextos de culto e influencia oriental na Idade do Ferro do Sul de Portugal (séculos VIII-III a.n.e.). Lisboa: Universidade de Lisboa.. La literatura reconoce insistentemente unas mismas pautas: ocupan los lugares de mayor altitud de un asentamiento, con patios abiertos y residencias aristocráticas, parafernalia ritual y fogones exteriores, donde se enfatiza la genealogía y el culto a los antepasados. Pero el patrón espacial detectado en el CSV estuvo mucho más extendido y cobra mayor sentido en términos sociológicos, como un típico agregado de viviendas conyugales y edificios compartidos por un grupo extenso viri/patrilocal. Desgraciadamente las intervenciones arqueológicas en Iberia han exhumado superficies muy modestas (Moneo, 2003Moneo, T. (2003). Religio ibérica. Santuarios, ritos y divinidades (siglos VII-I a.C.). Madrid: Real Academia de la Historia.; Arruda y Celestino, 2009Arruda, A. M. y Celestino, S. (2009). “Arquitectura religiosa en Tartessos”. En: Mateos, P. y Celestino, S. (Eds.). Santuarios, oppida y ciudades. Arquitectura religiosa en el origen y desarrollo urbano del Mediterráneo occidental. Madrid: CSIC, pp. 29-77.; Gomes, 2012Gomes, F. G. (2012). Aspectos do sagrado na colonização fenícia. Contextos de culto e influencia oriental na Idade do Ferro do Sul de Portugal (séculos VIII-III a.n.e.). Lisboa: Universidade de Lisboa.) y ello ha dificultado refutar su supuesto carácter especializado en funciones religiosas. En el Mediterráneo oriental las catas en extensión muestran agregados arquitectónicos de patio en Oropos, Eretria o Zagora (Grecia) durante el periodo Geométrico (Mazarakis, 2012Mazarakis, A. (2012). “The domestic and sacred space of Zagora in the context of the south Euboean Gulf”. Mediterranean Archaeology, 25: pp. 119-136.) y en el Hierro I y II levantinos (Ackerman, 2008Ackerman, S. (2008). “Household Religion, Family Religion, and Women’s Religion in Ancient Israel”. En: Bodel, J. y Olyan, S. M. (Eds.). Household and Family Religion in Antiquity. Oxford: Blackwell Publishing, pp. 127-158.; Meyers, 2014Meyers, C. (2014). “Feast Days and Food Ways. Religious Dimensions of Household Life”. En: Albertz, R., Nakhai, B. A., Olyan, S. M. y Schmitt, R. (Eds.). Family and Household Religion. Toward a Synthesis of Old Testament Studies, Archaeology, Epigraphy, and Cultural Studies.Winona Lake: Eisenbrauns, pp. 225-250.; Nakhai, 2014Nakhai, B. A. (2014). “The Household as Sacred Space”. En: Albertz, R., Nakhai, B. A., Olyan, S. M. y Schmitt, R. (Eds.). Family and Household Religion. Toward a Synthesis of Old Testament Studies, Archaeology, Epigraphy, and Cultural Studies. Winona Lake: Eisenbrauns, pp. 53-71.). Todos los casos referidos implicaron grupos domésticos extensos o multifamiliares, organizados como patrilinajes unilineales o patrirramas bilaterales, que excedieron la capacidad de movilización de recursos de la unidad conyugal nuclear. Además, se trata de grupos residenciales que exhiben cierta opulencia en términos de la amplitud de su fuerza de trabajo, la disponibilidad de recursos materiales –almacenes, herramientas, aperos– y el acceso a bienes suntuarios exclusivos. La vajilla anfórica y de engobe rojo fenicia y pintada egipcia o las fayenzas indican con claridad la capacidad de atracción y el probable consumo de productos lujosos como aceites o vino. Las pruebas materiales de la equitación –atalajes de caballo significativamente dejados ex profeso dentro del edificio 7– (Fig. 6) y el desempeño de labores muy cualificadas y especializadas, caso de la elaboración de vajilla fina de mesa pintada poscocción o el hilado para tejer textiles de alta calidad y torsión fina-media, tal vez de lana (Delgado Hervás, 2016bDelgado Hervás, A. (2016b). “Producción artesanal y trabajo femenino en las comunidades fenicias occidentales: una mirada crítica a la teoría de las esferas separadas”. En: Delgado Hervás, A. y Picazo Gurina, M. (Coords.). Los trabajos de las mujeres en el mundo antiguo: cuidado y mantenimiento de la vida. Tarragona: Institut Català d’Arqueologia Clàssica, pp. 67-75.; Grau Mira, e. p.Grau Mira, I. (en prensa). “Prácticas económicas, grupos domésticos y trabajo de las mujeres: las mutaciones en los inicios de la Edad del Hierro del área oriental de Iberia (ss. VIII-VI a.n.e.)”. En: Bermejo Tirado, J. y Blanco González, A. (Eds.). Arqueología de los espacios domésticos en la península ibérica. De la Prehistoria reciente a la Edad Media. Vitoria: Universidad del País Vasco.; Blanco González, Padilla Fernández y Dorado Alejos, e. p.Blanco González, A., Padilla Fernández, J. J. y Dorado Alejos, A. (en prensa). “Craftspeople’s mobility and orientalising transculturation: Insights from seventh-century BCE Iberia”. Antiquity.) señalan el mantenimiento de prácticas muy restrictivas, típicamente aristocráticas. Lejos de la impresión isonómica y autárquica deducida del sector del siglo VII a. C. excavado en el Soto de Medinilla (Arnáiz Alonso, 2017Arnáiz Alonso, M. A. (2017). “La I Edad del Hierro en la cuenca media del Duero: arquitectura doméstica y formas de poder político durante la Facies Soto (siglos IX-VII a.C.)”. Trabajos de Prehistoria, 74 (1): pp. 86-107. DOI: https://doi.org/10.3989/tp.2017.12185), en este ‘barrio alto’ del CSV se aprecia la convivencia simultánea de actividades de mantenimiento, rituales y tareas especializadas de escala doméstica desempeñadas por personas de cierto rango social (cf. Delgado Hervás, 2016b, pp. 70-75Delgado Hervás, A. (2016b). “Producción artesanal y trabajo femenino en las comunidades fenicias occidentales: una mirada crítica a la teoría de las esferas separadas”. En: Delgado Hervás, A. y Picazo Gurina, M. (Coords.). Los trabajos de las mujeres en el mundo antiguo: cuidado y mantenimiento de la vida. Tarragona: Institut Català d’Arqueologia Clàssica, pp. 67-75.; Grau Mira, e. p.Grau Mira, I. (en prensa). “Prácticas económicas, grupos domésticos y trabajo de las mujeres: las mutaciones en los inicios de la Edad del Hierro del área oriental de Iberia (ss. VIII-VI a.n.e.)”. En: Bermejo Tirado, J. y Blanco González, A. (Eds.). Arqueología de los espacios domésticos en la península ibérica. De la Prehistoria reciente a la Edad Media. Vitoria: Universidad del País Vasco.).

Por último, identificar una divinidad concreta objeto de devoción en el sector excavado es arriesgado, pues los atributos iconográficos antiguos son polisémicos (Bonnet, 1996, p. 152Bonnet, C. (1996). Astarté. Dossier documentaire et perspectives historiques. Roma: Consiglio Nazionale delle Ricerche.) y su reproducción mimética no implica necesariamente el mismo sistema de creencias compartidas de manera transcultural. Sin embargo, no parece casual que los indicios disponibles apunten de forma concurrente a Hathor-Astarté (Chapon et al., e. p.Chapon, L., Padilla-Fernández, J. J., Dorado-Alejos, A. y Blanco-González, A. (en prensa). “Challenging Mediterranean connectivity: A set of Egyptian faience items from Early Iron Age Central Iberia (seventh century BCE)”. European Journal of Archaeology.), diosas orientales cuyo culto sincrético estuvo muy extendido por el Mediterráneo y la mitad sur ibérica en la primera mitad del I milenio a. C. (Padró i Parcerisa, 1986-1989Padró i Parcerisa, J. (1986-89): “Consideraciones en torno a la divinidad hathórica en la Hispania prerromana”. Empúries, 48-50: pp. 172-177.; Bonnet, 1996Bonnet, C. (1996). Astarté. Dossier documentaire et perspectives historiques. Roma: Consiglio Nazionale delle Ricerche.; Moneo, 2003, pp. 427-431Moneo, T. (2003). Religio ibérica. Santuarios, ritos y divinidades (siglos VII-I a.C.). Madrid: Real Academia de la Historia.; Pardo Barrionuevo, 2019, pp. 45-52Pardo Barrionuevo, C. A. (2019). “Dioses en el territorio: implantación y atribuciones rurales del panteón fenicio”. Sagvntum (PLAV), 51: pp. 41-57. DOI: https://doi.org/10.7203/SAGVNTVM.51.10251). Esta hipótesis viene sugerida por la abundancia de fayenzas azules –un color asociado a tal diosa–; el amuleto de fayenza con peinado hathórico; el galbo de un recipiente torneado egipcio con motivos vegetales pintados asociado al culto hathórico; y la pieza de taracea que interpretamos como un bucle del peinado de Hathor, contorneado además con un material exclusivo de la realeza o la divinidad como el hilo dorado. La literatura también asocia a Astarté los vasos askoides columbiformes, como el de El Carambolo (Sevilla) (Bonnet, 1996Bonnet, C. (1996). Astarté. Dossier documentaire et perspectives historiques. Roma: Consiglio Nazionale delle Ricerche.; Moneo, 2003, p. 358, fig. VI.2, n.º 11Moneo, T. (2003). Religio ibérica. Santuarios, ritos y divinidades (siglos VII-I a.C.). Madrid: Real Academia de la Historia.). Además, entre los motivos orientalizantes incisos y pintados de la vajilla local del CSV (Blanco González et al., 2023, figs. 2 y 4Blanco González, A., Pérez Gutiérrez, M., Padilla Fernández, J. J., Velasco Vázquez, J., Alario García, C., Macarro Alcalde, C. y Santos Delgado, G. (2023). “Actividad de culto y edilicia orientalizante en el Cerro de San Vicente (Salamanca, España)”. En: Celestino Pérez, S. y Rodríguez González, E. (Eds.). II Congreso Internacional sobre Tarteso: ‘Nuevas fronteras’. Mytra 12, Madrid: CSIC, pp. 685-698.) se representaron insistentemente motivos solares, ánades, flores de loto y rosetas/estrellas octopétalas que, de nuevo, remiten a Astarté (Bonnet, 1996Bonnet, C. (1996). Astarté. Dossier documentaire et perspectives historiques. Roma: Consiglio Nazionale delle Ricerche.; Jiménez Ávila y Mederos Martín, 2020, pp. 66-73Jiménez Ávila, J. y Mederos Martín, A. (2020). “Dos bocados de bronce hispano-fenicios en el Metropolitan Museum (New York): en torno a la funcionalidad e iconografía del Bronce Carriazo”. Zephyrus, 85 (2): pp. 53-78. DOI: https://doi.org/10.14201/zephyrus2020855378). Tal posibilidad dotaría de mayor sentido a otros hallazgos relacionados con la misma divinidad en la zona, caso de los tres bronces del cerro del Berrueco ya citados (Jiménez Ávila, 2002, pp. 337, 420-421Jiménez Ávila, J. (2002). La toréutica orientalizante en la Península Ibérica. Madrid: Real Academia de la Historia.) a 75 km lineales del CSV.

5. CONCLUSIONES

Las excavaciones de 2021 y 2022 indican que el sector intervenido tuvo una dilatada trayectoria de festines comunitarios desde la fundación de la aldea. Desde el s. VII a. C. un grupo corporativo extenso reconfiguró este espacio como su vecindario y continuó celebrando allí banquetes. De su fase final, excavada en área, destaca la singularidad de los restos exhumados y su intensa ritualidad, patente en las estructuras, objetos y desechos de las actividades desarrolladas. La dimensión religiosa implicó tanto rituales propiciatorios personales como otras acciones colectivas y de hospitalidad y comensalidad. Planteamos la interpretación de este agregado arquitectónico de patio central del Hierro I como un área ceremonial o santuario doméstico, que involucró actividades de culto a una divinidad femenina, cuya cultura material reproduce los atributos iconográficos de Hathor-Astarté. Los resultados obtenidos permiten concluir con algunas observaciones:

a) Durante el Hierro I del interior peninsular, en ausencia de cementerios, santuarios exentos o talleres artesanales, la materialidad doméstica fue el foco predilecto que congregó la vida social, integrando todas sus manifestaciones: las tareas productivas, de cuidados y las creencias. El barrio excavado, en la parte alta de la aldea, acogió actividades de culto que, lejos de poder entenderse como una esfera segregada, se simultanearon con labores domésticas de mantenimiento y artesanías colaborativas y especializadas –hilado fino y alfarería de calidad– compartiendo el mismo espacio y recursos materiales, como rituales necesarios para el desempeño de tales tareas.

b) Los indicadores de las prácticas sociales constatadas en el CSV son comparables a otros contextos mediterráneos coetáneos y demuestran la importancia del grupo residencial extenso como unidad social básica de producción, consumo y cuidado. Se intuyen diversas personas participantes en las tareas, artesanías y rituales detectados, según identidades y roles –de género, edad, pericia artesanal y rango– diversos, dentro de un clima político heterárquico, donde no faltan claros elementos aristocráticos. Además de varones adultos, intuimos la contribución de individuos infantiles y reivindicamos el protagonismo de las mujeres como actores clave, ejecutoras y garantes de gran parte del sustento espiritual y material del grupo residente.

c) Los testimonios de actividades artesanales y cultuales estudiados no son extrapolables fuera de su contexto histórico: representan a un vecindario de cierto rango sociopolítico integrado en extensas redes de conectividad. Su dinamismo y la fluida movilidad de objetos exóticos y gentes se compadecen bien con la ginecomovilidad (Ruiz-Gálvez, 1992Ruiz-Gálvez, M. (1992). “La novia vendida: orfebrería, herencia y agricultura en la protohistoria de la Península Ibérica”. Spal, 1: pp. 219-251. DOI: https://doi.org/10.12795/spal.1992.i1.11) del grupo extenso estudiado –i. e., la llegada de esposas jóvenes extrameseteñas y su visita habitual a los parientes en sus tierras natales, que con las pruebas disponibles cabría identificar al menos con los focos del río Mondego, el Guadiana medio y el bajo Guadalquivir (Blanco González, Padilla Fernández y Dorado Alejos, e. p.Blanco González, A., Padilla Fernández, J. J. y Dorado Alejos, A. (en prensa). “Craftspeople’s mobility and orientalising transculturation: Insights from seventh-century BCE Iberia”. Antiquity.)–. No podemos descartar incluso la presencia de individuos o pequeños grupos de procedencia no peninsular entre los meseteños (Ruiz-Gálvez, 2013Ruiz-Gálvez, M. (1913). Con el fenicio en los talones. Los inicios de la Edad del Hierro en la cuenca del Mediterráneo. Barcelona: Bellaterra.). Ello ayuda a comprender la transferencia de conocimiento procedimental (saber-hacer) (Hernando, 2022Hernando, A. (2022). La corriente de la Historia (y la contradicción de lo que somos). Madrid: Traficantes de Sueños.) y la adopción de costumbres mediterráneas, como ha quedado patente en la edilicia, la alfarería, el tejido, el cocinado de alimentos, la vestimenta, las celebraciones de hospitalidad y comensalidad y los rituales domésticos.

DECLARACIÓN DE CONFLICTO DE INTERESES

Los autores declaran que no tienen intereses económicos ni relaciones personales que pudieran haber influido en el trabajo presentado en este artículo.

AGRADECIMIENTOS

Agradecemos su labor de excavación a los numerosos estudiantes y de topografía y fotogrametría a Francheska A. Martínez Henríquez, y la colaboración de Manuel Pérez Gutiérrez y Gabriel Santos Delgado, así como la ayuda logística de Julián Bécares Pérez. Lucía Velayos y Alma Salinas (Museo de Salamanca) se encargaron de la restauración de estructuras y piezas. José Ángel González Delgado y Valentín Pérez Mellado (catedráticos de Paleontología y Zoología de la Universidad de Salamanca) identificaron los especímenes fósiles. El texto se ha beneficiado de la enriquecedora discusión con Marisa Ruiz Gálvez y de los comentarios de dos revisores anónimos.

FUENTES DE FINANCIACIÓN

Trabajo realizado en el marco del proyecto “ARQPARENT - Arqueología del parentesco a través de la vivienda en la Submeseta Norte (1800-400 AC)” (PID2019-104349GA-I00) del Plan Estatal de I+D+i del Ministerio de Ciencia e Innovación.

Linda Chapon es beneficiaria de un contrato posdoctoral Marie Skłodowska-Curie de la Comisión Europea, Alejandra Sánchez de un contrato posdoctoral Juan de la Cierva-formación del Ministerio de Ciencia e Innovación y Rosana Cerezo de un contrato predoctoral FPU del Ministerio de Educación.

ANEXOS: MATERIALES SUPLEMENTARIOS

En el sitio web de la revista se incluyen cinco anexos con los siguientes contenidos:

Anexo AC1. Cerro de San Vicente (Salamanca). Vasar (UE 139) de la casa 1 tras retirarse los adobes pegados a su frente sur, donde se aprecian los motivos de pintura mural sobre el revoque y las dos peanas en cada extremo (se han puesto los candiles originales para la fotografía).

Anexo AC2. Cerro de San Vicente (Salamanca). Perfil norte del sondeo interior, dentro del edificio 3. SN = sustrato natural.

Anexo AC3. Cerro de San Vicente (Salamanca). Vista cenital del muro sur (UE 301) del edificio 3, de la cabaña de adobes UE 362 subyacente y su agujero de poste (UE 362b) y del sondeo exterior, donde se aprecia el arco de muro de piedra UE 363.

Anexo AC4. Cerro de San Vicente (Salamanca). Sector este de la cata de 2022, con las dos grandes plataformas de barro y grava interna (UE 358) y la estructura de lajas de pizarra y bloques de arenisca UE 364.

Anexo AC5. Cerro de San Vicente (Salamanca). Vista oblicua del edificio 7 desde el sur, con la banqueta esquinera en ‘L’ (UE 550) y las dos alineaciones interiores de adobes (UE 557).

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