Trabajos de Prehistoria 80 (2)
julio-diciembre 2023, e35
ISSN: 0082-5638, eISSN: 1988-3218, ISSN-L: 0082-5638
https://doi.org/10.3989/tp.2023.12349

Crónica. Exposición Los últimos días de Tarteso. Museo Arqueológico y Paleontológico de la Comunidad de Madrid (Alcalá de Henares), 28 de marzo-14 de septiembre 2023

Chronicle. Exhibition The last days of Tartessos. Archaeological and Paleontological Museum of the Community of Madrid (Alcalá de Henares), 28th March - 14th September, 2023

Carmen Aranegui Gascó

Catedrática de Arqueología emérita, Universidad de Valencia

https://orcid.org/0000-0002-3398-833X

carmen.aranegui@uv.es

La exposición presentada de marzo a septiembre de 2023 en el Museo Arqueológico y Paleontológico de la Comunidad de Madrid, comisionada científicamente por los doctores Sebastián Celestino y Enrique Baquedano, comporta en su título el término Tarteso que arrastra tras de sí una estela que se enciende o declina según los tiempos y los interlocutores que lo utilizan, pero que nunca es recibido con indiferencia ni por la investigación, ni por el gran público. Reúne piezas de los principales museos arqueológicos andaluces (a excepción del de Sevilla, cerrado por obras). Están presentes Huelva, Jerez, Cádiz, Carmona, Córdoba; también el Museo Arqueológico Nacional, Instituto de Valencia de Don Juan (Madrid), Museo de Alcalá de Henares, Museo Arqueológico Nacional de Lisboa, Museo de Santa Cruz (Toledo), Museo de Cáceres y, muy principalmente, el Museo de Badajoz. Todos ellos han cedido objetos muy valiosos y materiales comunes, de una larga cronología comprendida entre los siglos VIII y IV a. C., que invitan a un recorrido singular e interesante que repasa contextos arqueológicos y propone una nueva frontera para Tarteso. La exposición ha estado acompañada además por un ciclo de conferencias1https://m.youtube.com/watch?v=lKki-jx1Xf8.

Lo que se propone es un ‛cambio de paradigma’ respecto al proceso cultural de la Edad del Hierro en el área comprendida entre las antiguas desembocaduras del Tajo y Sado y del Guadalquivir. Se trata de un ‛cambio de paradigma’ porque esta exposición, una vez más, viene a sustituir el calificativo ‛orientalizante’ (un estilo artístico) por ‛tartésico’ (con intención de etnónimo), que se aplica hasta la cuenca media del Guadiana, donde prolonga su vigencia hasta el siglo. IV a. C. El protagonismo de la ampliación del ciclo recae sobre el yacimiento tumular de Casas del Turuñuelo (Guareña, Badajoz), en curso de excavación, bien promocionado desde hace años en todos los medios de comunicación, incluidas las redes sociales.

El lujoso catálogo descriptivo de la exposición se edita acompañado de un importante volumen titulado como la muestra, en el que veinte autores y autoras, todas ellas personas expertas en la protohistoria de la zona indicada o en alguno de sus aspectos, argumentan acerca del significado y consecuencias culturales de la colonización fenicia sobre las poblaciones suroccidentales del Bronce Final y de la Edad del Hierro. A través de sus trescientas cincuenta páginas se ofrece una información abierta a debate a la que la exposición suma una propuesta sobre ‛el final de Tarteso’ que quien visita la exposición puede considerar igualmente abierta.

Sin embargo, el público ajeno a los entresijos de la antigüedad protohistórica del suroeste peninsular tal vez no recuerde los textos escritos, ni llegue a distinguir la historia del mito referido al décimo trabajo de Heracles, en el que este intrépido héroe griego da muerte a un ser tricéfalo llamado Gerión, dueño del fin del mundo, para cumplir el mandato de robarle sus bueyes rojos (Hesíodo, Teogonía, 287-294; 979-983). Este hecho tuvo lugar “más o menos enfrente de la famosa Eriteia, junto a los manantiales inagotables, de raíces de plata, del río Tartesos”, según se concretó a comienzos del siglo VI a. C. (Estesícoro, Gerioneida, 15 SLG). Un siglo después Heródoto (IV, 8) precisaría la proximidad del río a Gadeira (Cádiz), ciudad situada “más allá de las Columnas de Hércules, a orillas del Océano”, como repetirá Estrabón (III 2.1) en tiempos de Augusto al referirse al río, a la Tartéside como región y a Tarteso como ciudad.

Pero, aunque los textos aluden a un área que no llega al estuario del Tajo y, sobre todo, son tributarios de los tópicos con que Grecia se apropió del descubrimiento del idealizado Occidente, hay que reconocer que el mito ha tenido larga vida. En el tránsito del siglo XIX al XX, algunos de sus intérpretes todavía insistieron en su base histórica.

Es muy probable que, a la vista de un panel fotográfico expuesto en que aparecen Georges Bonsor (1855-1930), arqueólogo, y Adolf Schulten (1870-1960), filólogo, la mayoría de visitantes descubra que en los primeros años del siglo XX hubo un interés particular en fijar el emplazamiento de Tarteso-ciudad y que fue este último quien tuvo más éxito cuando, sin aportar más prueba que su autoridad germana, a una España que buscaba en el Regeneracionismo la compensación de su crisis política, le brindó la mítica capital que la convertía en sede de ‛la primera civilización de Occidente’. Esto le valió a Schulten ser miembro correspondiente de la Real Academia de la Historia (1905), ser nombrado doctor honoris causa por la Universidad de Barcelona (1936), cuando Bosch Gimpera era rector, y recibir la Cruz de la Orden de Alfonso X el Sabio (1940).

Hacia la década de 1970 se retomó una revisión crítica de las tesis de este autor y se puso en evidencia su falta de objetividad, admitida y consensuada, con pocas reservas, hoy en día (Wulff, 2013Wulff, F. (2013). “Para pensar Tartesso. De Argantonio a Alcorrín”. En: Campos, J. M. y Alvar, J. (Eds.). El emporio del metal. Córdoba: Almuzara, pp. 343-355.).

Sin embargo, Tarteso, entendido como cultura, no ha desaparecido de las nomenclaturas aplicadas a la protohistoria del Suroeste. Por consiguiente, la Tartéside, paisaje de la vertiente atlántica privilegiado en recursos minero-metalúrgicos, reclama un marco territorial y temporal que la incluya en la Historia. Esto es algo que solo una investigación arqueológica independiente de la filología puede proporcionar. La opción pre-fenicia ha quedado en el ideario mítico al comprobarse que el cambio social durante el Bronce Final es un hecho generalizado, con diferentes facies que cubren la totalidad de la península ibérica, y que en ningún caso se identifican con etnónimos, sino con nombres geográficos, avalados por hallazgos arqueológicos. Exceptuar Tarteso como pueblo y cultura avanzada anterior a lo que descubrieron los fenicios al atravesar el Estrecho de Gibraltar, no cuenta con demasiados apoyos, porque las civilizaciones no progresan en singular, sino en plural. Así, aunque la exposición opta por cronologías altas asociadas al Bronce Final, muchos expertos van descartando las dataciones más antiguas tanto para las cerámicas a mano como para las importaciones que llegan a comienzos de la Edad del Hierro a Huelva y Cádiz. Se impone diferenciar los contextos del Bronce Final de la cultura tartésica (Ruiz Mata, 2023Ruiz Mata, D. (2023). “Huelva, Gadir y Castillo de Doña Blanca. Sin indígenas no hay tartesios”. En: Los últimos días de Tarteso. Madrid: Museo Arqueológico y Paleontológico de la Comunidad de Madrid, pp. 93-111.) y rebajar la fecha de las ‛estelas de guerrero’ en el caso de aceptar que su ornato requiere el uso de utensilios de hierro reforzado (Araque et al., 2023Araque, R., Asmus, B., Baptista, P., Mataloto, R., Paniego Díaz, P., Rammelkammer, V.... y Ferreiro Mählmann, R. (2023). “Stone-working and the earliest steel in Iberia: Scientific analyses and experimental replications of final bronze age stelae and tools”. Journal of Archaeological Science, 152, pp. 1-12. DOI: https://doi.org/10.1016/j.jas.2023.105742), desconocido antes de la colonización. En consecuencia, es del 750 al 700 a. C. cuando puede probarse que cambian las culturas del conjunto peninsular, con características propias en el retropaís de la Ría de Huelva y del sinus tartesii en respuesta a los estímulos de las fundaciones de Tiro (Líbano), con Gadir a la cabeza. El santuario de El Carambolo (Camas, Sevilla), en la antigua ensenada del Guadalquivir, junto a la fenicia Spal (Sevilla), hoy se define como fenicio y se data a mediados del siglo VII a. C. (Escacena et al., 2007Escacena, J. L., Fernández, A. y Rodríguez, A. (2007). “Sobre El Carambolo: un híppos sagrado del santuario IV y su contexto arqueológico”. Archivo Español de Arqueología, 80, pp. 5-28. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.2007.v80.25). La Astarté de bronce, con la inscripción fenicia más larga de las halladas en la península ibérica grabada en su pedestal, la técnica orfebre del tesoro y el exvoto en forma de híppos son pruebas solventes de esta interpretación.

De este modo, el término Tarteso corresponde al retropaís del antiguo litoral atlántico del suroeste peninsular, con una periferia, a su vez, extremeña, hacia la que la exposición amplía esta calificación.

Hasta el momento, ‛El final de Tarteso’ se asociaba al periodo crítico del siglo VI a. C. (Martín Ruiz, 2007Martín Ruiz, J. A. (2007). La crisis del siglo VI en los asentamientos fenicios de Andalucía. Málaga: Diputación de Málaga.), cuando Tiro, asediada por Nabucodonosor (586 a. C.) y controlada por el imperio aqueménida (538 a. C.), abandonó el protagonismo de la navegación hacia Occidente y Cartago tomó el relevo desde el Mediterráneo central, así como Cádiz desde la vertiente atlántica, inaugurando una reestructuración colonial que en arqueología se denomina púnica, propia de la segunda Edad del Hierro o, en Europa, del periodo de La Tène (450-190 a. C.). En nuestro caso, entrada la Edad del Hierro encontramos (1) etnónimos de las poblaciones históricas asociados a contextos materiales muebles e inmuebles, (2) se inicia el uso de las escrituras paleohispánicas y (3) se produce un importante movimiento de gentes dispuestas a beneficiarse de los tráficos de larga distancia. Este es el panorama suroccidental coetáneo a turdetanos, bastetanos, oretanos, túrdulos, célticos, así como el de la Beturia en el área extremeña, con sus establecimientos productivos y rituales de arquitectura compleja que sus mejores valedores califican, sin embargo, como tartésicos (Celestino y Rodríguez, 2017Celestino, S. y Rodríguez, E. (2017). “Túmulos tartésicos. La arquitectura del poder”. Desperta Ferro, 12, pp. 29-36.).

Por consiguiente, como alternativa a la cronología corta, ‛El final de Tarteso’ proyecta la conclusión del ciclo hasta el siglo IV a. C., basándose en la interpretación de Cancho Roano (Zalamea de la Serena, Badajoz) y Casas del Turuñuelo, en la cuenca media del Guadiana, que otros autores designan como postorientalizante (Rodríguez et al., 2000Rodríguez, A., Ortiz, P. y Pavón, I. (2000). “El complejo arqueológico de La Mata (Campanario, Badajoz) en el contexto socioeconómico del postorientalizante extremeño”. En: Mata, C. y Pérez Jordà, G. (Eds.). Ibers. Agricultors, artesans i comerciants. SaguntumExtra 3. Valencia: Universitat de València, pp. 101-108.).

La exposición concluye con un inquietante fotomontaje de una ceremonia de comensalidad y sacrificio ritual de animales que sella la estancia subterránea de Casas del Turuñuelo (Rodríguez y Celestino, 2017Rodríguez, E. y Celestino, S. (2017). “La estancia de los dioses: la habitación 100 de Casas del Turuñuelo (Guareña, Badajoz)”. Cuadernos de Prehistoria y Arqueología de la UAM, 43, pp. 179-194. DOI: https://doi.org/10.15366/cupauam2017.43.006). Esta ofrenda a los seres del inframundo implica un ceremonial ignorado en Fenicia y en el área tartésica estricta. Es un ritual bien conocido, sin embargo, en los santuarios celtas, ciertamente lejanos (Brunaux, 1991Brunaux, J.-L. (1991). Archéologie Aujourd’hui: Les Sanctuaire Celtiques et le monde Méditerranéen. París: Errance.), donde la arquitectura (véase Gournay-sur-Aronde, Oise, por ejemplo), la comensalidad y el sacrificio de asnos y caballos (véase Saint-Just-en-Chaussée, Oise, por ejemplo) se repiten con características similares a las que se ven al final de la exposición. Esto parece indicar que quizá fueron los celtas de la Beturia, presentes en los yacimientos de Capote (Badajoz) o incluso de Ulaca (Ávila), ya en tierras vetonas (Berrocal y Gardes, 2001Berrocal, L. y Gardes, Ph. (2001). Entre Celtas e Iberos. Las poblaciones protohistóricas de las Galias e Hispania. Madrid: RAH/ Casa de Velázquez.), los que sellaron cuidadosamente el yacimiento, tal vez para propiciar su suerte en una ruta de su interés, porque no se trata de un ritual destructivo sino propiciatorio. Pero a estas gentes, de momento, no se las nombra en la exposición.

Los nuevos planteamientos e interpretaciones de esta interesante muestra invitan a un debate científico que ya se aprecia en el libro publicado, pero que, sin duda, se ampliará más allá de la dicotomía orientalizante-tartésico.

BIBLIOGRAFÍA

Araque, R., Asmus, B., Baptista, P., Mataloto, R., Paniego Díaz, P., Rammelkammer, V.... y Ferreiro Mählmann, R. (2023). “Stone-working and the earliest steel in Iberia: Scientific analyses and experimental replications of final bronze age stelae and tools”. Journal of Archaeological Science, 152, pp. 1-12. DOI: https://doi.org/10.1016/j.jas.2023.105742

Berrocal, L. y Gardes, Ph. (2001). Entre Celtas e Iberos. Las poblaciones protohistóricas de las Galias e Hispania. Madrid: RAH/ Casa de Velázquez.

Brunaux, J.-L. (1991). Archéologie Aujourd’hui: Les Sanctuaire Celtiques et le monde Méditerranéen. París: Errance.

Celestino, S. y Rodríguez, E. (2017). “Túmulos tartésicos. La arquitectura del poder”. Desperta Ferro, 12, pp. 29-36.

Escacena, J. L., Fernández, A. y Rodríguez, A. (2007). “Sobre El Carambolo: un híppos sagrado del santuario IV y su contexto arqueológico”. Archivo Español de Arqueología, 80, pp. 5-28. DOI: https://doi.org/10.3989/aespa.2007.v80.25

Martín Ruiz, J. A. (2007). La crisis del siglo VI en los asentamientos fenicios de Andalucía. Málaga: Diputación de Málaga.

Rodríguez, E. y Celestino, S. (2017). “La estancia de los dioses: la habitación 100 de Casas del Turuñuelo (Guareña, Badajoz)”. Cuadernos de Prehistoria y Arqueología de la UAM, 43, pp. 179-194. DOI: https://doi.org/10.15366/cupauam2017.43.006

Rodríguez, A., Ortiz, P. y Pavón, I. (2000). “El complejo arqueológico de La Mata (Campanario, Badajoz) en el contexto socioeconómico del postorientalizante extremeño”. En: Mata, C. y Pérez Jordà, G. (Eds.). Ibers. Agricultors, artesans i comerciants. SaguntumExtra 3. Valencia: Universitat de València, pp. 101-108.

Ruiz Mata, D. (2023). “Huelva, Gadir y Castillo de Doña Blanca. Sin indígenas no hay tartesios”. En: Los últimos días de Tarteso. Madrid: Museo Arqueológico y Paleontológico de la Comunidad de Madrid, pp. 93-111.

Wulff, F. (2013). “Para pensar Tartesso. De Argantonio a Alcorrín”. En: Campos, J. M. y Alvar, J. (Eds.). El emporio del metal. Córdoba: Almuzara, pp. 343-355.